La misma dirigente que saqueó al Estado por $84.000 millones es trasladada, con aval judicial, a uno de los sanatorios más exclusivos del país.
En un nuevo capítulo que vuelve a poner en el centro del debate el trato diferencial a la dirigencia política condenada por corrupción, la expresidente Cristina Fernández de Kirchner fue internada este sábado en el Sanatorio Otamendi, una clínica privada de alta complejidad ubicada en la Ciudad de Buenos Aires, tras presentar un “cuadro de dolor abdominal intenso”.
Según confirmaron fuentes cercanas a la exmandataria a los medios, Cristina Kirchner fue atendida inicialmente en el departamento de San José 1111, en el barrio porteño de Constitución, donde cumple prisión domiciliaria. Luego de una primera evaluación, los profesionales de la salud determinaron que era necesario realizar estudios médicos más exhaustivos, motivo por el cual se dispuso su traslado al centro médico.
El procedimiento contó con la correspondiente autorización judicial, un paso obligatorio en el marco del régimen de detención domiciliaria que rige sobre la expresidente.
Cristina Kirchner, de 72 años, cumple arresto domiciliario tras haber sido condenada en la causa conocida como “Vialidad”, una de las investigaciones más emblemáticas de corrupción estructural en la obra pública. El pasado 10 de junio, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó firme la sentencia dictada en noviembre por la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal, confirmando la condena a seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por el delito de defraudación al Estado. El fallo también ordenó el decomiso de aproximadamente 84.000 millones de pesos.
Durante la última semana, el máximo tribunal ratificó además la obligación de que la ex presidente utilice una tobillera electrónica como parte de las condiciones de cumplimiento de la pena. En el fallo firmado este jueves, la Corte resolvió: “Rechazar in limine las recusaciones planteadas contra los jueces Horacio Daniel Rosatti, Carlos Fernando Rosenkrantz y Ricardo Luis Lorenzetti; desestimar por falta de fundamentación autónoma el recurso de apelación dirigido contra la colocación de un dispositivo de monitoreo electrónico y declarar inoficioso un pronunciamiento del Tribunal en lo restante”.
En el marco de la ejecución de la condena, el Tribunal Oral Federal N.º 2 dispuso dos medidas centrales: la colocación del dispositivo de monitoreo electrónico y la obligación de solicitar autorización judicial para las visitas que no integren el listado previamente aprobado de familiares, médicos y abogados. La decisión se sustentó en las reiteradas y constantes visitas políticas que la ex presidenta recibe en su domicilio, aun estando privada de su libertad.
Esa resolución fue apelada por la defensa de Kirchner y posteriormente confirmada por la Cámara Federal de Casación Penal, lo que motivó la presentación de un recurso extraordinario que también fue rechazado.
La defensa sostuvo que estas medidas implicaban un “perjuicio concreto y actual” y las calificó como restricciones arbitrarias a derechos constitucionales vinculados a la intimidad, la razonabilidad y la proporcionalidad. Sin embargo, los tribunales consideraron que se trataba de condiciones razonables para garantizar el efectivo cumplimiento de una condena firme por corrupción.
En otra resolución reciente, el juez Jorge Gorini autorizó a la ex presidente a utilizar la terraza del edificio donde reside por un máximo de dos horas diarias, un beneficio equiparado a la salida al patio prevista para internos alojados en cárceles comunes. A esto se suma que CFK puede acceder sin restricciones al balcón de su departamento.
La decisión judicial ratificó la continuidad del arresto domiciliario, el uso de la tobillera electrónica y los controles trimestrales, pero también introdujo modificaciones en el régimen de visitas. Se redujo el número de personas con ingreso irrestricto y se estableció que, en ciertos casos —incluyendo abogados, médicos, contadores y familiares—, deberán detallar los motivos de cada visita.
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