En 10 años, los robos violentos en el GBA subieron 500%. En la gestión Kicillof no se revirtió y hubo boom 2023–2024.
Los robos violentos en el Gran Buenos Aires (GBA) aumentaron más del 500% entre 2015 y 2024. El dato surge de un informe de la Fundación de Investigaciones en Inteligencia Financiera (FININT), que muestra un deterioro sostenido a lo largo de la década. Kicillof gobierna desde diciembre de 2019 y, lejos de revertir la curva, la provincia registró un salto del 37% entre 2023 y 2024: de 1.839 a 2.917 casos, el pico de la serie. Hoy estos delitos representan el 51% del total nacional y el 70% de los ocurridos en la provincia de Buenos Aires.
Política reactiva y enfoque ideológico
La política de seguridad bonaerense persiste en un esquema reactivo al delito: se actúa después del hecho, sin despliegue preventivo, inteligencia criminal ni control territorial sostenido. Ese enfoque se alinea con la doctrina Zaffaroni, que invierte los roles entre víctima y victimario al presentar al delincuente como “producto de la sociedad”, desalentando la persecución activa.
El resultado es una provincia sin estrategia preventiva, con vecinos indefensos y delincuentes protegidos por un paradigma que privilegia la impunidad sobre la seguridad ciudadana.
Radiografía del conurbano: tasas y focos críticos
La tendencia ascendente se sostiene desde 2017, con 26,8 robos violentos cada 100.000 habitantes en 2024 (2.917 hechos) frente a 3,9 en 2015 (411 hechos).
El mapa del delito concentra los picos en el oeste y sur del GBA.
- Quilmes: 44,9 (311 hechos)
- Esteban Echeverría: 42,4 (168)
- Merlo: 41,0 (265) —+190% en dos años
- Malvinas Argentinas: 37 (138)
- Lanús: 36,5 (169) —+80% interanual
En 11 de los 24 municipios del GBA la tasa duplica la nacional, un dato que dimensiona la gravedad del problema y exhibe la ineficacia del sistema de prevención bonaerense.
CABA: patrón distinto y caída histórica
La Ciudad de Buenos Aires exhibe otro comportamiento. Tras un aumento entre 2018 y 2022 (tasa 46,9; 1.446 hechos), los robos violentos cayeron a 7,6 en 2024 (233 hechos), por debajo de 2015. Hoy apenas el 4% del total nacional.
La distribución territorial es homogénea y sin zonas críticas. El contraste entre ambas jurisdicciones refleja dos modelos de seguridad opuestos: mientras la Ciudad redujo el delito con gestión activa y monitoreo, la provincia bajo Kicillof lo multiplicó con pasividad ideológica.
El rol del narcotráfico y la percepción social
FININT advierte que la expansión narco no siempre se traduce en violencia visible: opera silenciosamente y fuera del radar estatal.
Una encuesta del Observatorio de Psicología Social (agosto 2025) mostró que la percepción de inseguridad alcanza 8,1 puntos en GBA Oeste y 7,9 en GBA Sur (1 = “muy seguro”, 10 = “muy inseguro”).
El 63% de los encuestados identificó la drogadicción y el narcotráfico como la principal causa de inseguridad, apenas por debajo de la pobreza (64%).
Es sumamente grave que 11 de los 24 municipios del Gran Buenos Aires superen en más del doble la tasa de hechos registrados a nivel nacional. Esa desproporción muestra el deterioro estructural de la seguridad en la provincia.
Marteau: “Once municipios del GBA duplican la tasa nacional”
El presidente de FININT, Juan Félix Marteau, explicó que la investigación nació tras el asesinato de las tres adolescentes Morena Verdi, Brenda del Castillo y Lara Gutiérrez, ocurrido en septiembre de este año a manos de una banda narco con base en la villa 1-11-14 del Bajo Flores y presencia en el sur del conurbano bonaerense.
“Es muy interesante ver cómo, tanto a nivel nacional como en el conurbano y la ciudad, las tasas de homicidio han decrecido, pero los robos violentos no. Eso muestra que hay un desplazamiento de la violencia hacia modalidades más cotidianas, que afectan directamente al ciudadano común”, explicó.
Además, Marteau alertó sobre el subregistro de delitos: “Cuando un agresor se apodera ilegítimamente de un bien mediante la violencia, las víctimas no siempre denuncian, incluso en casos de lesiones. Esto genera un importante subregistro en las estadísticas criminales.” Sin dudas este fenómeno se produce por la falta de acción ante los delitos, haciendo que las víctimas encuentren costoso y poco efectivo realizar la denuncia.
Seis años de retroceso bajo Kicillof
La década explica el salto acumulado, pero los seis años de gestión de Axel Kicillof exhiben falta de reacción, improvisación y sesgo ideológico. El boom 2023–2024, con el mayor incremento en diez años, expone el fracaso de una política que actúa después del delito y que renuncia a prevenirlo.
Mientras la Ciudad logró reducir la violencia, la provincia de Buenos Aires se hunde en un modelo reactivo que prioriza el negocio político por sobre la seguridad de los vecinos. El resultado es un conurbano cada vez más peligroso, donde la estadística deja de ser un número y se convierte en rostro, nombre y víctima.
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