La polémica serie “infantil” de Netflix desató polémica en redes sociales.
La plataforma roja de streaming, Netflix, acarrea un largo historial de polémicas relacionadas al impulso de la ideología de género y contenido altamente ideologizado. Esta vez, la polémica estalló con la serie promocionada como infantil “Dead End: Paranormal Park”.
Lejos de destacar por su trama, estilo artístico o pretenciones de comedia, lo hizo desde un comienzo por su fuerte contenido woke. En su primer capítulo, sin ningún tipo de preámbulo, la serie presenta a Barney Guttman, un adolescente transgénero que escapa de su hogar.
Durante este episodio se presenta a quienes no acompañan su “transición” a tan corta edad como retrógrados y dañinos, contruyendo una narrativa acorde a la militancia de género promovida por los sectores de izquierda y LGTBQ+. Para los guionistas, es legítimo demonizar a la ciencia y romantizar el vínculo que este desarrolla con extraños.
Otros episodios siguen en esa línea sin restricciones, insertando mensajes de “diversidad sexual” y aceptación absoluta a la temprana sexualización. Pero fue ese capítulo sobre Barney el que generó mayor reacción, tanto en padres que señalaron un adoctrinamiento en una serie para chicos, como en degenerados sexuales que alabaron a Netflix por “dar visibilidad”.
En las redes sociales las críticas estallaron y referentes del mundo libre como Elon Musk no tardaron el pronunciarse al respecto. “Cancela Netflix por la salud de tus niños“, posteó el magnate en su cuenta de X con 226 millones de seguidores.
La plataforma de series y películas lejos de corregir su programación o tomar cartas en el asunto permanece sin pronunciarse al respecto. Mientras tanto, las suscripciones dadas de baja ascienden a miles y las acciones de la compañía sufren caídas en su cotización.
Una serie entre tantas
Esta no fue la única polémica relacionada a la promoción de la agenda woke por parte de la empresa roja. Hace meses, la serie “Adolescencia” fue también desencadenante de grandes discusiones.
Detrás de su aparente trama juvenil, la producción despliega un claro mensaje ideológico: exaltación de la agenda LGBT, victimismo identitario y un marcado sesgo anti-blanco. Allí guion convierte a los personajes occidentales en estereotipos negativos, mientras glorifica a minorías bajo un relato artificial de opresores y oprimidos.
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