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Murió Dylan, el perro que acompañó a Alberto Fernández en Olivos

El ex mandatario despidió con un mensaje en redes al collie que lo acompañó durante su presidencia.

Alberto Fernández comunicó este miércoles el fallecimiento de su perro Dylan, la mascota que lo acompañó durante los años en que residió en la Quinta de Olivos. “Fuiste parte de mi vida, dándome lealtad, alegría y ternura”, escribió el ex presidente en un mensaje publicado en sus redes sociales, junto a una fotografía del collie que se convirtió en símbolo durante su gestión.

En su publicación, Fernández expresó un tono de profundo afecto al recordar la relación con su perro: “Aunque tal vez nunca te lo dije, siempre esperé que llegaras. Me regalaste una amistad incondicional que solo algunos humanos me han dado. En los últimos meses te fuiste apagando y hoy, con mucho dolor, te despido”.

La figura de Dylan trascendió el ámbito privado y se transformó en un fenómeno en redes sociales durante la presidencia de Fernández. El animal tenía cuentas oficiales en Instagram y Twitter, con decenas de miles de seguidores, donde se compartían fotos, paseos por Olivos y mensajes que intentaban mostrar un costado cotidiano del entonces mandatario.

El perro,  nacido en Pilar y bautizado en homenaje al músico Bob Dylan, fue una presencia constante tanto en la vida personal como pública del ex presidente. En la jornada de las elecciones primarias de 2019, Fernández fue fotografiado paseando a su mascota por las calles de la ciudad antes de emitir su voto, consolidando al animal como parte del relato visual de aquella campaña.

Dylan llegó incluso a tener descendencia. Fue padre de cuatro cachorros, en julio de 2024 uno de los cuales fue entregado por Alberto a Gisele Fernández,  hermana de Cristina Kirchner. Uno de los hijos del collie, llamado Prócer, también participó de las publicaciones en redes sociales y recibió atención del público por su parecido con su padre.

El fallecimiento de Dylan, una marca de la administración albertista, se muestra en redes como el cierre de una etapa de la vida de Alberto Fernández, pero también recuerdala cercanía que puede generar una mascota en medio de la exposición pública. Más allá de las diferencias políticas, el acontecimiento fue tratado con respeto en redes sociales; respeto hacia la fidelidad e inocencia que representa una mascota.

Derechadiario.com