El exintendente difundió un video que parece reavivar la rivalidad política y cuestionar la autoridad actual de Cardinali
Gabriel Musso, exintendente socialista de Cosquín, recordó su gestión mediante un video que destaca la inauguración de un puente como si fuera un logro monumental. La filmación lo muestra en primer plano con sonrisas mientras intenta proyectar eficiencia y gestión sobre una obra en la ciudad. El video de esa inauguración lo muestra a Musso acompañado por Juan Schiaretti, hoy candidato a diputado por Córdoba.
En la grabación se nota la coordinación entre Musso y Schiaretti, una postal de unidad que contrasta con la realidad política local. El actual intendente Raúl Cardinali, también alineado con el oficialismo provincial y rival directo de Musso, también participa de la campaña en paralelo, evidenciando dos comandos que coexisten con tensiones. La convivencia forzada entre ambos genera interrogantes sobre la estabilidad de la estrategia electoral en Cosquín.
A pesar de la imagen de sintonía con Schiaretti que el video intenta transmitir, la relación entre los equipos locales deja entrever posibles conflictos. Musso compite directamente con Cardinali por la intendencia en un futuro, mientras que el oficialismo provincial presiona por coordinación, lo que podría provocar resistencias internas. En el entorno del intendente señalan que esta imposición del cordobesismo podría despertar tensiones difíciles de contener antes del cierre de la campaña.
La campaña bicéfala y los riesgos de la coordinación forzada
El video de Musso sirve como herramienta de promoción personal y, al mismo tiempo, pone en escena la estrategia de Schiaretti para mostrar respaldo local. La obra del puente en Cosquín es presentada con un entusiasmo que roza la exageración y da margen a la ironía. Esta maniobra refuerza la percepción de un protagonismo dividido en Cosquín, donde dos bandos claramente enfrentados deben trabajar juntos.
Cardinali y su equipo, alineados al cordobesismo, muestran reticencias a la cooperación con Musso, quien se perfila como el competidor natural por la intendencia. La necesidad de coordinar acciones electorales genera tensión entre el oficialismo local y la figura que buscará suceder al actual mandatario. Los analistas locales advierten que cualquier roce podría detonar un conflicto que impacte directamente en la campaña y provoque rupturas inevitables.
La postal de unidad, aunque útil a primera vista, esconde una fragilidad estructural que podría desatar una implosión del cordobesismo en cualquier momento. La dualidad de comandos y la rivalidad implícita entre Musso y Cardinali mantiene la política local en estado de alerta. Este escenario anticipa un cierre de campaña complejo, en el que la coordinación forzada puede derivar en conflictos abiertos.
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