Se trata de un delincuente que realizó un “cambio de género” y en 2018 solicitó su traslado al pabellón femenino.
La Justicia de Córdoba resolvió elevar a juicio la causa contra Gabriela Nahir Fernández (34), un hombre que se cree mujer acusado de presuntos abusos sexuales en perjuicio de siete reclusas dentro del penal de Bouwer.
Se trata de un delincuente que realizó un “cambio de género” y en 2018 solicitó su traslado al pabellón femenino, donde habría cometido las agresiones sexuales.
De acuerdo con la imputación formulada por el fiscal Juan Ávila Echenique, Fernández enfrentará un proceso como “probable autora penalmente responsable de los delitos de abuso sexual simple reiterado (dos hechos) en concurso real con abuso sexual gravemente ultrajante continuado en perjuicio de siete detenidas, calificado por el conocimiento de ser portadora de una enfermedad de transmisión sexual grave”.
En el marco de la acusación, el fiscal también subrayó que, en uno de los episodios, Fernández fue señalada como “coautora de abuso sexual con acceso carnal por la introducción de objetos análogos, calificado por el número de autores”, dado que habría actuado junto a otras dos presas. A ello se añadió el agravante del “uso de arma en grado de tentativa”.
En la misma resolución, Ávila Echenique procesó a I. R. F. (42) y R. B. M. (26) como “probables coautoras penalmente responsables de los delitos de abuso sexual con acceso carnal por la introducción de objetos análogos”, aunque, según informó La Voz del Interior, esa coautoría se circunscribe a una única víctima.
El “cambio de género”
El expediente se remonta a octubre de 2016, cuando Fernández ingresó a prisión bajo el nombre de Gabriel. Un año después recibió una condena de tres años por “lesiones leves calificadas y privación de la libertad calificada”.
En noviembre de 2018 declaró ante la Justicia: “Me autopercibo mujer”, lo que llevó al reconocimiento legal de su supuesta “identidad de género femenina” y a su posterior traslado al área de mujeres del penal. En ese contexto, rechazó las condenas previas vinculadas a violencia de género, argumentando que “no son compatibles con el género al que actualmente estoy arraigada”.
A partir de ese momento, pasó a ser reconocida oficialmente como Gabriela Nahir Fernández. En abril de 2019, mientras aún cumplía condena, se le imputó un nuevo delito contra una mujer que incluyó “privación ilegítima de la libertad, lesiones leves y amenazas”. Pese a ello, poco después accedió a la libertad condicional.
Hacia finales de 2019 fue denunciada nuevamente, aunque esa causa terminó archivada. Algo similar ocurrió a fines de 2022, cuando una ex pareja la acusó, pero la investigación también fue desestimada. Ya en libertad, en 2023, volvió a enfrentar denuncias por “privación ilegítima de la libertad, amenazas y lesiones leves calificadas”.
Además, se le sumaron cargos por “violación de domicilio, coacción y desobediencia”, lo que derivó en su detención y en la imposición de prisión preventiva en 2024.
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