El clan Susbielles volvió a quedar en el centro de la polémica por los privilegios gremiales de Virginia Susbielles en la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) y la estrepitosa derrota electoral de su hermano Federico en Bahía Blanca. Un insólito vínculo con el gobierno de Javier Milei sale a la luz.
La crisis de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) no solo dejó al descubierto la precarización de más de 650 trabajadores, sino también el entramado de privilegios y acomodos que benefició durante años a Virginia Susbielles, dirigente de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y hermana del intendente de la municipalidad de Bahía Blanca, Federico Susbielles. Mientras cientos de empleados quedaron a la deriva, la sindicalista mantuvo sueldos, adicionales y ascensos bajo la acusación de no haber cumplido funciones efectivas, y su hermano sufrió en carne propia las consecuencias políticas: en las elecciones de septiembre, fue uno de los pocos jefes comunales peronistas derrotados por amplia diferencia.
Una delegada cuestionada
Trabajadores de la ANSV señalan que Virginia Susbielles se comporta “como si arreara animales”, lejos de representar los intereses de los afiliados. A pesar de liderar la delegación de UPCN, se mantuvo ausente en los momentos más críticos: no presentó medidas cautelares para preservar salarios y puestos, y solo se mostró en sectores afines, donde sabía que la bronca no sería tan fuerte.
En redes sociales llegó a publicar fotos desde los baños del edificio Volta, lo que permitió confirmar su presencia en el organismo, aunque nunca en asambleas o reuniones con la base. “No tiene ninguna credibilidad, parece más una funcionaria de la gestión que una delegada gremial”, disparó un trabajador, que describió su discurso como alineado con el director ejecutivo Pedro Scarpinelli.
Las sospechas se multiplican: licencia gremial indefinida, ascenso al escalafón más alto de la patrulla motorizada bajo la acusación de ni siquiera tener licencia de moto y beneficios personales en negociaciones con la conducción de la ANSV. “Cuando tuvo la oportunidad de sentarse con Alan Lerra, solo buscó su beneficio”, remarcan los agentes al referirse al responsable del área de Recursos Humanos del organismo.
El enojo de los trabajadores
El malestar explotó cuando 97 empleados de planta permanente quedaron a disposición y sin cobrar salarios. En un grupo de WhatsApp donde solo ella puede enviar mensajes, Virginia aseguró que los plazos estaban en regla, pese a que la firma de Scarpinelli y el DGA Luis Guglienmino ya estaba habilitada para el trámite. Fue la propia asamblea de trabajadores la que decidió marchar hasta el ministerio de Economía de Argentina.
“Esta mina no tiene ninguna credibilidad. Se nota mucho la afinidad con estos delincuentes que nos gobiernan”, lanzó otro agente presente en el hall central del edificio. La bronca con UPCN es tal que muchos evalúan suspender la afiliación.
El conflicto no es nuevo: trabajadores de ruta ya habían denunciado que Susbielles cobraba un plus por tareas que nunca cumplió. Lo único que falta, ironizan, es que se siente a negociar con las próximas autoridades de la ANSV, siendo apuntada como “responsable de vender a los que realmente trabajan para sostener sus privilegios”.
Documentos que la comprometen
REALPOLITIK ya había publicado en agosto documentos que confirman la suba de categoría de Susbielles y sus adicionales como parte de la patrulla motorizada. “En su vida se subió a una moto”, aseguran sus compañeros, que la ven cobrar el sueldo más alto de la agencia mientras ellos enfrentan el desempleo.
Los autoconvocados de la ANSV revelaron, además, que la dirección armó un grupo de WhatsApp para contener el reclamo y evitar paros. “Parecía resistencia, pero en realidad fue un armado de la patronal”, denunciaron.
En paralelo, Susbielles exhibe en redes sociales viajes, recitales y lujos, en contraste con los salarios por debajo de la línea de pobreza de la mayoría de los empleados.
Un apellido con historia
El nepotismo familiar no se limita a Virginia. En 2009, otro hermano, Martín Susbielles, fue nombrado funcionario en la ANSV durante la gestión de Florencio Randazzo, hasta que un escándalo por malversación de fondos lo obligó a renunciar. Hoy, aparece vinculado a empresas como Opus Inspection SA, Infopan SRL, Zárate Transporte SAPEM y GISA, que diversificó sus negocios hacia el transporte urbano de carga.
En este marco, el intendente Federico Susbielles, referente de La Cámpora en Bahía Blanca, también carga con el costo político. En las elecciones de septiembre, la lista libertaria se impuso por 15 puntos, dejándolo entre los pocos jefes comunales peronistas derrotados. La Libertad Avanza obtuvo 46,19 por ciento, contra apenas 31,11 de la lista oficialista, dejando al peronismo con solo 9 de las 24 bancas del Concejo Deliberante.
Entre el vaciamiento y la derrota
La disolución de la ANSV, ordenada por el decreto 461/25, puso fin a un organismo que nació para salvar vidas y hoy se desmorona entre negocios, acomodos y abandono. Mientras más de 650 trabajadores se enfrentan a la desocupación, Virginia Susbielles conserva privilegios construidos a lo largo de una década sin funciones reales.
El apellido Susbielles, marcado por el nepotismo y los privilegios, se convirtió en símbolo de una dirigencia desconectada de los problemas reales. Y la derrota electoral de Federico en Bahía Blanca terminó de coronar el descrédito familiar: el pueblo dio la espalda a un proyecto que, entre el sindicalismo y la política, privilegió siempre a los suyos.
Realpolitik.com