El candidato figura en las listas del Vacunatorio VIP, uno de los episodios más vergonzosos de la gestión de Alberto Fernández.
Jorge Taiana, ex ministro de Defensa y actual candidato a diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires en la lista de Fuerza Patria, intenta reciclar su imagen política mientras carga con una mancha indeleble: haber sido uno de los vacunados del escándalo conocido como Vacunatorio VIP, símbolo máximo del privilegio y la impunidad durante la nefasta gestión de Alberto Fernández.
El episodio, que derivó en la renuncia del entonces ministro de Salud, Ginés González García, estalló cuando el periodista Horacio Verbitskyconfesó públicamente que había recibido la vacuna Sputnik V en el propio Ministerio de Salud “gracias a un llamado de Ginés”. A partir de ese testimonio, se descubrió una red de inmunizaciones clandestinas a funcionarios, allegados y amigos del poder.
Entre los beneficiarios se encontraban el presidente Alberto Fernández, el procurador del Tesoro Carlos Zannini, el ex presidente Eduardo Duhalde y su familia, el ministro de Economía Martín Guzmán, el embajador Daniel Scioli, y —entre otros— Jorge Taiana, entonces senador nacional, y Eduardo Valdés, diputado y amigo personal del Presidente. Ambos fueron vacunados en el Ministerio de Salud y posteriormente excluidos de la comitiva oficial que viajaría a México tras el escándalo.
Intentando justificar lo injustificable, Taiana y Valdés emitieron un comunicado conjunto en el que aseguraron: “Jamás ejercimos un privilegio”, y que su vacunación se enmarcó en la categoría de “personal estratégico”. El argumento no convenció a nadie. En un país donde millones de adultos mayores y trabajadores esenciales esperaban su turno, la defensa de Taiana sonó más a excusa burocrática que a explicación moral.
El propio Taiana admitió en su descargo: “Con 70 años, soy un paciente de riesgo, operado del corazón, con dos bypass y con diabetes”. Pero omitió mencionar que cientos de miles de argentinos en condiciones similares jamás tuvieron ese acceso preferencial. La causa judicial, a cargo de la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Eduardo Taiano, investiga precisamente si esos beneficios violaron los criterios de prioridad epidemiológica establecidos por el Estado.
La indignación social no fue menor: mientras el país estaba paralizado y los hospitales colapsaban, el poder político se reservaba vacunas en despachos oficiales. El Vacunatorio VIP simbolizó el abuso de privilegios de la élite kirchnerista y dejó en evidencia el doble estándar de quienes predican igualdad mientras se sirven primeros.
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