La decisión del Gobierno de Alberto Fernández de restringir las exportaciones de carne vacuna hasta el 31 de octubre para bajar los precios internos siguen dando tela para cortar en el campo, que cada vez ve más similitudes con el proceso de intervención de mercados que se llevó a cabo durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.

Además aseveran que lo que actualmente puede ser una leve contracción de los valores en mostrador, en no mucho tiempo se convertirá en un nuevo encarecimiento del alimento.

Según un informe de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) considera a esta baja como una “trampa” ya que en el mediano plazo los precios volverán a espiralizarse. De hecho, el Gobierno mostró como un logro la retracción de los valores en góndola del 1 por ciento en julio y del 1,4 por ciento en agosto, según mediciones del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA).

Pero la entidad consideró que esa caída se debe a una “sobreoferta artificial por el cierre parcial de las exportaciones. Pero ese fenómeno es cortoplacista, insostenible en el tiempo y perjudicial en el mediano plazo”.

Para Coninagro, la manera de entender el proceso es evaluar el antecedente directo que fueron las restricciones impuestas por el gobierno de Nestor Kirchner en 2006 y las prohibiciones posteriores en los dos mandatos de la ahora vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. Durante esa época el precio bajó al inicio y luego subió fuertemente: en particular desde que se prohibieron en 2008 y hasta 2011 el kilo de novillo (según IPCVA) había aumentado 240 por ciento.

Este incremento se ubicó cómodamente por encima de la inflación para dicho período, tanto la que medía el gobierno kirchnerista, como los índices que manejaba la oposición. De hecho, ese incremento se ubicó 171 puntos porcentuales por encima de la inflación medida por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) entre 2006 y 2011 fijada en 68,54 por ciento, e incluso del Índice IPC- Congreso que calculó un 160,79 por ciento.

Por ende, la prohibición puede hacer bajar el precio inmediatamente, pero lo hará subir luego aún por encima de lo que hubiese sido el movimiento natural.

AGENCIA NOVA