Adquisición de la empresa por David Graiver

David Graiver.
La asamblea de Papel Prensa S.A. del 30 de abril de 1973 aprobó una emisión de acciones donde la empresa pasó a ser controlada casi en su totalidad por Luis A. Rey y por Rafael Ianover, quienes eran testaferros de David Graiver.17​En 1975, Ingeniería Tauro SA y el Ing. César A. Doretti transfirieron 1 568 650 acciones a la compañía Galerías da Vinci S. A., que pertenecía al Grupo Graiver desde el 17 de abril de 1975. El 2 de noviembre de 1975, Rey transfirió 271 050 acciones; la titularidad de 86 000 de las mismas era controvertida.

Graiver quedó así en control de la compañía hasta su fallecimiento, ocurrido el 7 de agosto de 1976 en un supuesto accidente aéreo en México.

Luego de la muerte de David Graiver, algunos medios de Argentina comenzaron a realizar publicaciones que acusaban al Grupo Graiver de tener vinculaciones con montoneros.18​El diario Clarín incluyó estas cavilaciones en su portada de los días 17, 26 y 29 de septiembre y del 6, 15, 22 y 28 de octubre de 1976. El diario La Nación realizó notas similares en sus ediciones del 11, 15 y 24 de octubre de 1976. La revista Gente publicó un informe sobre Graiver el 14 de octubre de 1976. La revista Somos hizo lo mismo el 15 de octubre de 1976.

Papaleo dijo que a su marido lo mataron por Papel Prensa. Acorde a la denuncia, en 1976, una vez fallecido Graiver –accionista mayoritario de Papel Prensa–, la viuda comenzó a recibir amenazas para que la empresa fuera vendida a una sociedad conformada por Clarín, La Nación y La Razón.19​ Días antes, el mexicano Gabriel Alarcón dueño del diario El Heraldo, le dijo a David Graiver “Tu debes vender Papel Prensa, porque te va a costar la vida.”

Adquisición de la empresa por Clarín, La Nación y La Razón
La viuda de David Graiver, Lidia Papaleo de Graiver, quien había regresado al país en 1976, fue contactada por diversas personas allegadas a la dictadura militar, quienes le instaron a vender las acciones de Papel Prensa SA. Pedro Martínez Segovia, el presidente de Papel Prensa SA y cercano al ministro de economía José Martínez de Hoz, invitó a Lidia Papaleo a tomar el té en el Plaza Hotel en el centro de la Ciudad de Buenos Aires. En dicha reunión le ordenó que: «No puede vender Papel Prensa ni a judíos ni a extranjeros».7​ A su vez, el entonces Secretario de Estado Raymundo Juan Pío Podestá, a través del exministro de Bienestar Social, Francisco Manrique, le comunica al abogado de la familia, Miguel de Anchorena que debía realizarse la venta del control accionario de Papel Prensa SA a los diarios Clarín, La Nación y La Razón.

Según el Diario Clarín la operación fue legal y pública, mediante un artículo publicado el 24 de agosto de 2010, dijo que Lidia Papaleo de Graiver no participó en las negociaciones y que estas habían sido llevadas adelante por Juan Graiver e Isidoro Graiver, padre y hermano de David.

Guillermo Gainza Paz fue el intermediario entre los diarios y el llamado Grupo Graiver. El 2 de noviembre de 1976 el intermediario, luego de otras reuniones en que los accionistas rechazaron las ofertas por considerarlas «inadecuadas»,convocó al abogado de la familia a una reunión urgente entre los directivos de los diarios Clarín, La Nación, y La Razón. Así, Lidia Papaleo y su hermano vendieron sus acciones a la sociedad denominada FAPEL, constituida por el diario Clarín, el diario La Nación, el diario La Razón, Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magnetto, Marcos Peralta Ramos, Hugo Fernando Peralta Ramos y Bernardo Sofovich.24​El valor total del traspaso de acciones fue de U$D 7 345 400.18​

En esa oportunidad, se firmaron los boletos de compra-venta de las acciones de la sucesión de Graiver, a través de Juan Graiver, Eva Gitnacht de Graiver y Lidia Papaleo de Graiver, esta última ejerciendo la patria potestad de su hija María Sol Graiver; de las acciones de Rafael Ianover, contador y confeso testaferro de Graiver; y de las acciones en manos de Galería Da Vinci.17​ Poco después Papaleo fue llevada detenida a un centro clandestino de detención, donde recordó posteriormente.