Días atrás dinos a conocer que al menos Insaurralde era el hombre de los 100 millones de dólares , hoy vemos la lujuria .

Llamativamente en el debate solo Bullrich y Myriam Bregman se refirieron al caso de la lujuria y que la afip no busca los evasores K , lo mismo que los presuntos violadores como Guazzora .

Mariano Roa de Clarin lo grafica muy bien y muestra la bala de plata como penetro el cuerpo de la vergüenza

La “Liga de intendentes” peronistas del Gran Buenos Aires la integran los jefes municipales más poderosos de la mayoría de los 24 partidos del Conurbano. Suelen tener dos debilidades: la rosca 24×7 y un pánico constante a quedar afuera de la cocina de las decisiones o a que los traicionen.

Hace al menos un lustro que el “líder de esos líderes” peronistas es Martín Insaurralde, un tipo afable, de sonrisa fácil y buenos modales. Compinche, inteligente y calculador. Seductor y tan mujeriego como inestable y ciclotímico. Cholulo y compulsivo cuando se trata de dinero y los lujos, una característica compartida por varios de sus tantos amigos de la política peronista y kirchnerista.

Con el escándalo de las fotos en Marbella que lo muestran al ahora renunciado jefe de gabinete bonaerense con una modelo e influencer, Insaurralde termina de desenmascarar la acumulación desmedida del poder peronista. Y con ello se puede llevar puesto a la una parte de la “casta“.

Los que lo erigieron como líder están asustados. Y aunque sean políticos, parece que les entró esa bala de plata llamada vergüenza. “La vergüenza es la corrección. Por vergüenza no hacemos cosas que nos dan placer pero son tan nefastas como desubicadas”, dice el músico Ricardo Iorio.

¿En la liga de intendentes no sabían nada de sus excesos, de sus gastos, del dinero que acumuló y dispendiaba? Sí, lo sabían.

Uno de los mejores amigos de Insaurralde en la política es Máximo Kirchner. No comparten, por cierto, el gusto por los lujos y menos por la vestimenta. Pero si comparten el gusto por la plata. Creen, como muchos otros, que la acumulación de dinero es acumulación de poder.

Todos recuerdan que Máximo siempre llamaba “mi socio” a Insaurralde. Bromeaban juntos en las reuniones del PJ bonaerense.

La sociedad entre Insaurralde y Máximo fue a raíz de un resultado que los beneficio a los dos. El líder de La Cámpora nunca pudo congeniar con los jefes comunales del PJ. Insaurralde le resolvió ese problema. Y los alineó a casi todos a la construcción del poder que a Máximo (como a su papá Néstor), siempre lo desveló: controlar los resortes de poder del Conurbano.

“Esto es peor que Chocolate y sus tarjetas de la corrupción. Esto tiene los condimentos perfectos para penetrar en todos lados, sobre todo en las redes y entre los más jovenes: poder, vicios, mujeres hermosas, corrupción, lujos y mucho dinero mal habido. Estamos jodidos”, se lamenta ante Clarín un jefe bonaerense que compartió una comida con Insaurralde la semana pasada.

“Todo lo que armamos, liderados por Martín y Máximo, está en duda. Nunca nos cayó del todo bien entregarle el PJ a Máximo. No sé que va a pasar, pero los que sobrevivan no lo van a querer como jefe”, sostiene otro intendente.

Último párrafo para este boletín: hay dos vecinos de Lomas de Zamora, bastante parecidos físicamente entre ellos, que la noche del domingo se reunirán pero no para mirar el debate presidencial. Ni siquiera prenderán la tele. Uno de ellos intentará seguir con su meteórica carrera política y el otro haría pública una nueva renuncia en las próximas horas.

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