Según se lee en su historial de trabajo, entre 1990 y 2005 ocupó varias funciones en las bancas de inversión Chase Manhattan, Salomon Brothers, Citigroup y Morgan Stanley en Nueva York y Londres; así figura en la página del Cema, donde es profesor.

Cuando en 2006 regresó a la Argentina, asesoró a fondos de inversión acreedores de Argentina y tuvo una activa participación en el canje de deuda de 2010 que impulsó el gobierno de Cristina Kirchner.

El canje de deuda del 2010

Emilio Ocampo, junto al abogado Marcelo Etchebarne, fundó una consultora financiera llamada Arcadia Advisors, y fue el impulsor de una propuesta de canje para aquellos acreedores que se habían negado a participar en el canje de 2005. Entre ellos estaba el fondo de inversión Gramcery, poseedor de bonos en default por 1.800 millones de dólares.

Arcadia Advisors se encargó de que participara el banco inglés Barclay y realizó una propuesta a Amado Boudou, por esos días ministro de Economía, y a Sergio Massa, que era jefe de Gabinete. Massa “les exigió sumar al Citi y al Deutsche” a la propuesta de canje. Finalmente, el matrimonio Kirchner aprobó el canje. La nota de Clarín que describe la operación dice que “para Arcadia Advisors es un alivio. Está más cerca de cobrar sus honorarios. Dicen que la factura, por 5 millones de dólares, la pagará Gramcery” (Clarín, 16/4/2010).

Nueva York, el nido de los fondos “buitre”

Pero la historia no finalizó allí. Los acreedores que tampoco quisieron ingresar al canje de 2010 continuaron haciéndole juicio al Estado argentino en Nueva York, sede de la jurisdicción de los bonos en litigio. Y los fondos “buitre” lograron un fallo favorable del juez Thomas Griesa, que ordenó el pago de la totalidad de lo reclamado por los fondos que no ingresaron en los canjes de 2005 y 2010, por 1.300 millones de dólares, y el embargo de los bienes del Estado para garantizar el pago.

Aunque el gobierno de Cristina Kirchner resolvió seguir pagando el resto de los bonos, la decisión del juez Griesa llevó a un nuevo default, al extender su jurisdicción a todas las plazas financieras internacionales, a las que prohibió negociar títulos de Argentina bajo la amenaza de excluir a las cámaras compensadoras de negociar con Estados Unidos. El embargo de Griesa quedó firme cuando la Corte Suprema de Estados Unidos decidió no modificarlo.

El default de la deuda recién se levantó luego de que asumiera el gobierno Mauricio Macri, que envió al Congreso una propuesta para pagar a los fondos buitre unos 9.300 millones de dólares. Para su aprobación legislativa contó con el apoyo de los diputados del Frente Renovador de Sergio Massa, y, en el Senado, con el del peronismo que encabezaba Miguel Ángel Pichetto.

El olor a default atrae a los buitres

La incapacidad de repago de la deuda a los acreedores se viene manifestando luego de los sucesivos fracasos en lograr una mejora en la cotización de los bonos de deuda y frenar la devaluación del peso. A comienzos de año, Massa destinó más de mil millones de dólares en la compra de bonos en dólares, para elevar sus precios y bajar el de los dólares que cotizan en la bolsa. Fracasó en ambos propósitos, los bonos siguen cayendo y el dólar sigue escalando. Las liquidaciones del dólar soja ya son magras respecto a sus objetivos. Y el déficit del presupuesto sigue creciendo.

Ante el hundimiento de los planes de Sergio Massa, los acreedores comienzan a observar alternativas. Y allí aparece la propuesta de Emilio Ocampo y Javier Milei.

Dolarizar la deuda en pesos y que los acreedores tengan la protección de los tribunales de Nueva York

El proyecto Ocampo y Milei es dolarizar toda la deuda en pesos y llevar la jurisdicción a Nueva York. Es una colonización en toda la regla. “En la dolarización que proponemos, el BCRA desaparecería” dice Emilio Ocampo en su blog.

En un primer paso se requiere la dolarización de toda la base monetaria (incluyendo los depósitos) y las deudas expresadas en pesos. Hasta el momento, Ocampo y Milei no han dicho de donde saldrían las divisas, que son la base del plan, ya que son indispensables para realizar la conversión de los pesos por dólares. Tampoco dijeron a qué precio se iría el dólar con la dolarización.

Luego, sería necesario una emisión de bonos en dólares para cambiar toda la deuda en pesos (del BCRA y del Tesoro), y llevar la jurisdicción a Nueva York.

La experiencia ya ha demostrado que los tribunales de Nueva York han fallado reiteradamente en beneficio de los acreedores (sede de Wall Street). Y avanzado en el embargo de cualquier bien que esté vinculado al Estado nacional.

La burguesía dividida ante la dolarización

La precandidata presidencial del PRO, Patricia Bullrich, rechazó la propuesta de dolarizar la economía, y destacó la importancia de “defender la moneda nacional”. Martín Lousteau rechazó de plano su idea de dolarizar: “Nada de lo que dice puede ser llevado adelante”, dijo.

Una dolarización eliminaría una serie de negocios de la burguesía industrial y agraria que permite la actual brecha cambiaria, mediante la subfacturación de las exportaciones y la sobrefacturación de las importaciones.

La brecha cambiaria también facilita “negocios” donde sectores enteros de la industria producen con insumos a dólar oficial y los venden solicitando dólares “billete”.

Esta cadena de beneficios se está quebrando por el desabastecimiento de insumos, que está paralizando a crecientes sectores de la economía.

Por un plan al servicio de los trabajadores

La corrida cambiaria y la inflación imponen el debate entre los trabajadores sobre un plan económico al servicio de sus necesidades. Los planes de los partidos patronales consisten en seguir devaluando la moneda y los salarios con nuevos ajustes.

Las soluciones mágicas no producirán riqueza. La campaña electoral debe unificar a los trabajadores en un plan de lucha que levante las reivindicaciones inmediatas y un plan económico que ponga fin a los ajustes al servicio del FMI y los acreedores y que esté al servicio de los trabajadores.

https://prensaobrera.com/

Su consultora, Arcadia Advisors, habría recibido información exclusiva antes del anuncio formal realizado por Boudou el 23 de junio de 2010. Incluso, la investigación señaló que dicha empresa habría presionado desde el 2008 para la reapertura de la misma, pese a la ley Cerrojo impuesta por el ex presidente Néstor Kirchner.

Aunque tanto Ocampo como Boudou fueron sobreseídos en la causa en 2015 por el polémico juez Norberto Oyarbide, la sospecha quedó latente entre quienes sostienen que el asesor de Milei conocía de antemano esta decisión en la que el gobierno argentino canjearía el equivalente a 12.000 millones de dólares.

Sin embargo, no es la primera vez que Ocampo se ve involucrado en maniobras de este tipo. Durante el gobierno de Carlos Menem, de la mano de Carlos Rodríguez -otro economista hoy cercano a Milei-, sacó a la venta acciones de Repsol YPF. Por entonces, Ocampo formaba parte Solomon Brothers, el banco de inversión que fue parte de la intermediación, tal como lo acredita una carta de intención que lo ubica del otro lado del mostrador. (www.REALPOLITIK.com.ar)