Semanas atrás, los trabajadores del Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA) se enteraron que, luego de dos infructuosas reuniones paritarias, el gobierno de Axel Kicillof los obligará a aumentar la carga horaria como única alternativa para obtener mayores ingresos.

Luego de que este medio diera cuenta de la noticia a partir de la documentación pública correspondiente, una nueva polémica saltó a escena. La difusión de la grilla completa de trabajadores del organismo dio cuenta que la gestión del presidente del IOMA, Homero Giles, protege dentro del organismo a dos ex funcionarios de Daniel Scioli que fueron detenidos a mediados de 2014 por estafas con drogas oncológicas.

Se trata de los condenados en primera instancia Sergio Massaccesi, quien se desempeñaba como jefe del departamento de Auditoría y Fiscalización Farmacéutica, y Marcelo Piergiácomi, quien ocupaba el cargo de subdirector del área Farmacia y Bioquímica. Ambos fueron incorporados a la nómina de la planta funcional del organismo, bajo la insólita protección política del kirchnerismo, a pesar de haber ido tras las rejas junto con el ex presidente del IOMA, Antonio La Scaleia, que estuvo procesado en la causa.

Ambos funcionarios fueron acusados de constituir una asociación ilícita entre 2011 y 2014, junto al junto al médico oncólogo auditor, llamado Guillermo Hernández Plata, en contra de los intereses del estado provincial. Por dicha causa, el juez de Garantías, César Melazo, determinó su detención, aunque las presiones políticas derivaron en una rápida liberación.


Axel Kicillof, Nicolás Kreplak y Homero Giles.

Los ahora empleados de la gestión de Homero Giles fueron condenados en primera instancia por haber cometido una estafa con drogas oncológicas, por la que fueron oportunamente allanadas farmacias de La Plata (Caruso, Delgado y La Protectora) y San Nicolás (Fénix).

A pesar del escándalo, y en el más absoluto silencio, la gestión de Kicillof optó por refugiar a Massaccesi Piergiácomi en la planta funcional de IOMA, donde diariamente firman por ocho horas de trabajo como si allí nada hubiese ocurrido. (www.REALPOLITIK.com.ar)