Qué hacer con Aerolíneas Argentinas es uno de los temas de discusión entre los diferentes candidatos en la campaña electoral. Las pérdidas de la línea de bandera, los cuestionamientos sobre su manejo y las denuncias sobre una planta de personal excesiva son algunos de los argumentos que utilizan los políticos de la oposición para prometer cambios profundos en caso de llegar al gobierno.

En tanto, desde el Gobierno nacional alertan por el futuro de la compañía estatal en caso de un triunfo de la oposición. La discusión viene desde la gestión de Mauricio Macri, cuando se implementó una política de “cielos abiertos” con la llegada de empresas “low cost”.

Su punto más alto de la confrontación se produjo tras el triunfo de Alberto Fernández que prometió frenar el avance de estas empresas. En campaña, el entonces candidato a presidente había prometido al gremio aeronáutico “todos los cielos para Aerolíneas Argentinas”, en una clara advertencia para las low cost y en un claro mensaje de favorecer a la empresa estatal. 

FLYBONDI SIGUE CRECIENDO Y SUMANDO PARTICIPACIÓN EN EL MERCADO DE CABOTAJE

Sin embargo, la realidad muestra que eso no se concretó pese a distintas medidas. El cierre del aeropuerto El Palomar, en el conurbano bonaerense y símbolo de la gestión macrista, fue el hecho más contundente. A esto se sumaron restricciones técnicas que complicaron la operatoria de las compañías privadas. Esto provocó, por ejemplo, la salida del mercado de Latam, la principal competidora de la línea de bandera.

La Cámpora y los sindicatos retomaron el manejo del negocio aercomercial y comenzaron una embestida contra la competencia en beneficio de Aerolíneas Argentinas. Pese a todo esto, las dos compañías de vuelos baratos que siguen operando en el país (Flybondi y JetSmart) muestran un permanente crecimiento. No sucede lo mismo con Aerolíneas Argentinas.

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