Los intendentes bonaerenses que responde a la vicepresidenta, Cristina Kirchner esperarán orden concreta de a qué candidato presidencial apoyar en las PASO. Por lo pronto, muchos ya fueron notificados extraoficialmente que ese candidato será “Wado”. Muestra de ello fue la foto del ministro del Interior rodeado de jefes comunales de la primera y tercera sección electoral.

La novedad es que por primera vez, los alcaldes o dirigentes locales no podrán ir colgados de distintas boletas a gobernador y presidente. Deberán elegir una y, en su mayoría, será la del candidato que la titular del Senado bendiga.

Hasta acá, los intendentes no tenían restricciones en el armado de las boletas. Incluso, muchos de ellos sufrieron las listas colectoras creadas por Néstor Kirchner en 2007. En aquel entonces, dirigentes que tenían competencia directa con los alcaldes podían presentarse a la elección con la boleta del apellido Kirchner arriba. No había primarias y todos debían sumar votos.

Ahora no tendrán que enfrentar esa disputa local, pero tampoco ellos podrán ir colgados de los distintos postulantes a la presidencia y a la gobernación que se presenten dentro de Unión por la Patria, el nuevo sello peronista. En la discusión por la estrategia electoral esta fórmula se conoce como el esquema de la “I” (i latina): un candidato a presidente arriba, un postulante a gobernador en el medio y un aspirante a intendente abajo.

“Va a haber PASO en todas las categorías”, avisó Máximo Kirchner. De esta manera, la mayoría de los intendentes acompañarán al candidato que imponga el kirchnerismo. Unos por amor, otros por mediciones. El apellido de la vicepresidenta es el más competitivo en el territorio bonaerense.

Algunos, al igual que los gobernadores, preferirían que las internas no los alcance. No quieren quedar en la posición de elegir por un postulante y, en campaña, no recibir al otro candidato del propio espacio. Lo más confortable sería colgarse de todas las boletas y no tener que elegir un bando. Sin embargo, la mayoría de los jefes comunales se movieron al ritmo del kirchnerismo y esperan las órdenes de su jefa política para actuar.

Hay algunos distritos que tienen sus propias internas aún más feroces que la nacional por lo que es una incógnita cómo se resolverá y si esos intendentes jugarán con el candidato K o con la lista de Daniel Scioli y Victoria Tolosa Paz. Uno de ellos es Hurlingham, en donde la pelea de Juan Zabaleta con La Cámpora recrudece. Lo que buscarán allí es que Damian Selci (hombre de la agrupación juvenil) se quede con el sello que responde a la lista de la vicepresidenta y que Zabaleta tenga que optar por ir con el tramo completo del embajador de Brasil.

Otro es Tigre, allí competirían el actual intendente Julio Zamora y la titular de Aysa, Malena Galmarini. El jefe comunal se mostró junto a De Pedro como gesto de que pretende aliarse con ese sector.

Quienes queden en desventaja podrán apelar a repartir la boleta corta. Los intendentes saben cómo hacer para que su nombre llegue a la urna a pesar de haber corrido con desventaja en los armados. Votos tienen y en muchos distritos terminan sacando más sufragios que las categorías principales.

En marzo, cuando Scioli comenzó a recorrer algunos distritos anunciando que si Alberto Fernández no se presentaba había que anotarlo a él dentro de la competencia presidencial, uno de los intendentes que los recibió fue Fernando Gray. El jefe comunal de Esteban Echeverría mantiene una disputa muy fuerte con Máximo Kirchner por la conducción del PJ bonaerense pero nunca se fue de la alianza oficial. Podría ir con la boleta del exgobernador.

Por estas horas, los intendentes sólo saben que acompañarán en el cuarto oscuro a un candidato K. Aunque Máximo les pidió potenciar a Eduardo de Pedro, aún no les dijo quién será finalmente el competidor por la presidencia. Ayer, cuando algunos lo consultaban sobre los nombres, el diputado nacional y armador de las listas en el territorio bonaerense, no tenía respuesta.

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