Hugo Moyano, titular del poderoso Sindicato de Choferes de Camiones, continúa administrando el gremio prácticamente como su feudo personal, dominando la escena desde el 11 de septiembre de 1987. A lo largo ese tiempo, y no obstante el rotundo fracaso de su paso por el Club Atlético Independiente, se posicionó como el jefe de una curiosa familia de afortunados sindicalistas

A lo largo de su vida, el patriarca de la familia Moyano tuvo tres esposas: Olga MarianiElvira Cortez y Liliana Zulet. De su primer matrimonio nació Pablo, el combativo secretario Adjunto del gremio que cobra unos 429 mil pesos mensuales por su cargo, y Karina, que ostenta, al menos, unos tres ingresos distintos en la obra social del gremio, en la fundación y en su cargo como secretaria de Género del gremio, por los que reúne unos 460 mil pesos mensuales.

De su unión con Elvira Cortez nació Facundo, quien a pesar de cobrar 253 mil pesos mensuales en AUBASA vive en una lujosa propiedad de Puerto Madero, y Huguito, que también consiguió un puesto gracias a los favores de su padre y actualmente es el abogado del gremio de Camioneros.

Su tercera esposa, Liliana Zulet, es con seguridad la más polémica de la familia. Al menos cinco de los seis hijos de Moyano cortaron relación con ella a partir de las extraordinarias ganancias que las tres empresas de Zulet obtuvieron a partir de un solo cliente: el sindicato de Camioneros.

Zulet es la sombra detrás de tres empresas. La primera de ellas es IARAI, dedicada a los servicios médicos, cuyo directorio está conformado por dos hijos que Zulet tiene de otros matrimonios, Valeria Salerno y Juan Noriega Zulet. Además, Zulet fundó ACONRA, dedicada a la construcción, y DIXEY, apuntada a la industria textil.

Sobre Zulet pesa una denuncia presentada por Graciela Ocaña en el año 2010. De acuerdo a Ocaña, desde aquel año la familia Moyano se enriqueció desviando fondos del sindicato a las tres empresas de Zulet, que actualmente se adjudicó salarios por 1.3 millones de pesos mensuales.

A pesar de las denuncias y las quejas de los hijos mayores de Hugo Moyano, su esposa Liliana Zulet se las arregló para continuar estirando los hilos de su control familiar. Sus últimas movidas fueron declarar ante la AFIP una lujosa propiedad en Parque Leloir como domicilio alternativo de su empresa Dixey y bendecir a su hijo Jerónimo con cuatro contratos, uno en cada empresa y uno en el sindicato de Camioneros, por casi un total de 500 mil pesos mensuales. (www.REALPOLITIK.com.ar)