La efímera unión de los dirigentes del Frente de Todos suscitada a raíz del atentado sufrido por Cristina Fernández de Kirchner pareciera haberse terminado. Mientras en el gobierno nacional no logran aunar criterios en torno a la estrategia de estabilización de Sergio Massa, las divisiones internas en el gobierno bonaerense no mejoran.

En este escenario problemático, el gobernador Axel Kicillof tomó una nueva decisión que pareciera ir en el sentido contrario al ajuste y la austeridad propuesta por Massa. De acuerdo al proceso de compra Nro. 323-0278-LPU22, el mandamás bonaerense autorizó, una vez más, la compra de vehículos nuevos para sus funcionarios.

La decisión de Kicillof llegó en un álgido momento para la provincia de Buenos Aires. Con números que aún dejan mucho que desear y con su imagen tocando pisos históricos, hasta aliados como Facundo Moyano comienzan a hacerle frente, dividiendo un espacio de frágil unión.

La licitación de Kicillof le permitirá al Instituto provincial de Lotería y Casinos, actualmente bajo el mando de Omar Galdurralde, acceder a dos automóviles de alta gama, con motores 1.6 y 160 caballos de fuerza y capacidad para cinco personas, cero kilómetros.

Además, en la misma maniobra se destinarán dos camionetas pick up cabina doble y tracción 4×4 y un camión para el alicaído hipódromo de La Plata. Al respecto, el circo hípico fue uno de los principales señalados a la hora de aplicar el ya célebre ajuste. En efecto, se trata de un organismo que mantiene un gran plantel de trabajadores a pesar de mantener una actividad que agoniza entre pocas apuestas y escasos montos de recaudación, lo que la lleva a repetir una y otra vez números rojos. (www.REALPOLITIK.com.ar)