El Departamento del Tesoro de Estados Unidos rechazó el pedido de 18 legisladores demócratas que quieren que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ponga fin a su práctica de cobrar sobretasas a los prestamos destinados a los países de ingresos medios y bajos. 

Como anticipó LPO el 10 de enero, dieciocho congresistas encabezados por Jesús G. “Chuy” García, Alexandria Ocasio-Cortez y Pramila Jayapal plantearon en una carta al Departamento del Tesoro que “nos preocupa que los sobrecargos del FMI, que exigen que los países que ya enfrentan problemas de deuda y grandes dificultades financieras paguen onerosos aranceles adicionales al Fondo, socaven este objetivo”.

Alberto busca acercarse a Estados Unidos tras los ruidos por sus frases con Putin y Xi JinpingLPO DAILYSUSCRIBITEAl suscribirte aceptarás recibir el newsletter de La Política Online. Te podés desuscribir cuando quieras

La decisión de la Casa Blanca se da en medio de las tensiones con Alberto Fernández por su gira a Rusia y China, en medio del conflicto por Urania. En esos encuentros Fernández le pidió a Putin que lo ayude a disminuir la incidencia de Estados Unidos sobre Argentina y le dijo a Xi Jinping que se sentía “identificado” con el Partido Comunista Chino.

El planteo del G20 que apoya el pedido de Guzmán radica en que los sobrecostos sobre las tasas para países con problemas de deuda, lejos de actuar como el incentivo para desendeudarse como originalmente se pretendíó al instalarlos, en realidad lo que hace es entorpecer el desendeudamiento. Por ejemplo, en el caso de la Argentina, como consignó este medio, pueden ser hasta 1.200 millones de dólares al año más dependiendo del esquema de pagos al que se arribe con el staff del FMI.

Desde el punto de vista del Tesoro, los recargos deben considerarse en el contexto del balance general del FMI, lo que es más importante, su capacidad para absorber pérdidas potenciales por la falta de pago de sus préstamos

En la respuesta a los congresistas, el Tesoro estimó que los países prestatarios habrán pagado más de 4.000 millones de dólares al FMI en recargos además de los pagos de intereses y tarifas desde el comienzo de la pandemia hasta fines de 2022. Jonathan Davidson, subsecretario del Tesoro para asuntos legislativos de la administración Biden, defendió los recargos y les explicó a los legisladores que están destinados a abordar el mayor riesgo para los accionistas involucrados en prestar grandes sumas a los países miembros. 

“Desde el punto de vista del Tesoro, los recargos deben considerarse en el contexto del balance general del FMI, lo que es más importante, su capacidad para absorber pérdidas potenciales por la falta de pago de sus préstamos”, añadió el funcionario.

Desde el punto de vista político, la negativa de Washington puede ser leída como una respuesta al viaje de Alberto Fernández a Rusia y China y al exceso de gestualidad del presidente argentino a Vladimir Putin y Xi Jinping que además incluyó el ingreso de la Nueva Ruta de la Seda. 

Otro dato que puede interpretarse como expresión de rechazo es el faltazo de las autoridades del FMI a la cumbre del G20 de Indonesia en donde Martín Guzmán esperaba continuar con las negociaciones para cerrar el acuerdo. Finalmente el ministro no será de la partida y en su lugar estará Sergio Chodos.

En lo que fue una primicia de LPO, la suspensión del viaje de Guzmán, que estrictamente nunca fue formalizado en su agenda oficial, se dio a conocer al término de una jornada intensa en materia de relaciones internacionales.

Alberto recibió a Guzmán en la Quinta de Olivos en un encuentro que continuó con el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Arguello, en la Casa Rosada.  En términos de política exterior lo que más ruido hizo fue el ofrecimiento de Alberto a Putin para que “Argentina sea la puerta de entrada rusa a la región”. 

En términos de política exterior, lo que hace ruido es el viaje a Rusia en medio de la escalda de tensión con Ucrania y el ofrecimiento para que “Argentina sea la puerta de entrada rusa a la región”. 

Por el lado chino, como es de público conocimiento, la Nueva Ruta de la Seda forma parte del objetivo de China para pisar fuerte en América Latina, algo que la Casa Blanca quiere impedir a toda costa. 

Por eso, las declaraciones de Alberto Fernández de este sábado intentaron funcionar como un control de daños frente a una narrativa muy hostil con Washington. Es que, como adelantó este medio, Argentina necesita del visto bueno de Estados Unidos al acuerdo que Guzmán busca cerrar con el Fondo antes de fin de mes a nivel del staff técnico.

 Este entendimiento -que será volcado en la Carta de Intención- depende de la aprobación del Congreso nacional por un lado y de la Junta directiva del Fondo para que al 21 de ese mes lleguen los desembolsos que eviten que el país entre en cesación de pagos con el FMI y además se disparen 1.800 millones de dólares de intereses punitorios con el Club de París. Y en la Junta Directiva, Estados Unidos tiene poder de veto con más del 16{688a8ce96c256f08401d8e2f5c8db48dc2792b622bdd2a5bb1e6509fa5d7b8e2} de los votos.

De hecho, antes de que la Carta de Intención se firme y se presente ante el Congreso, como adelantó en exclusivo LPO, esta deberá contar con el apoyo informal del Board del Fondo. Y ya en diciembre la falta de este apoyo informal de parte de los Estados Unidos hizo que se cayera el acuerdo que Alberto Fernández había prometido que presentaría ante el Poder Legislativo en la forma de un Plan Plurianual.