Georgieva en la cuerda floja: más de 300 ex funcionarios denuncian manipulación de datos en el FMI a favor de China

Un reciente informe de WilmerHale alerta por un escándalo de corrupción en el Fondo Monetario Internacional (FMI) sin precedentes. El estudio de abogados, contratados por el propio Banco Mundial, denuncia que Kristalina Georgieva habría alterado estadísticas y procedimientos técnicos en los últimos dos informes de “Doing Business” con el fin de favorecer la posición de la dictadura china.

Las irregularidades denunciadas sobre la metodología de los informes citados habrían inflado la calificación de China dentro del ranking mundial de facilidad para hacer negocios y de competitividad, generando un atractivo ficticio por el estado de la economía asiática

Por su parte, Georgieva negó completamente todas y cada una de las acusaciones y decidió contratar a SKDK, una importante firma de relaciones públicas, para organizar su defensa.

Un total de 331 ex empleados del Banco Mundial, dentro de los cuáles se encuentran personas que ocuparon cargos de alta importancia dentro de la institución, respaldaron las acusaciones contra Georgieva y demandan acciones rápidas y sustantivas para recrear la confianza del FMI, algo que la débil reputación de Georgieva ya no parece capaz de garantizar.

Kristalina Georgieva reunida con el dictador chino Xi Jinping en noviembre de 2019.

Incluso Janet Yellen, la actual Secretaria del Tesoro de Estados Unidos en el gobierno de Joe Biden, fue interpelada para que impulse una investigación contra la directora del Fondo y, en base a los resultados, actúe en consecuencia.

En el día de hoy tuvo lugar una reunión entre la comitiva de WilmerHale y el directorio del FMI, y mañana se estima otra reunión esta vez con la misma Georgieva, que deberá dar explicaciones contundentes a todas las preguntas que se consideren pertinentes.

La inestabilidad dentro del FMI afecta directamente a la Argentina, pues hasta ahora se mantuvo una relación relativamente amistosa entre el ministro Martín Guzmán y la actual directora del FMI. De producirse un cambio de liderazgo, es probable que la institución adopte una postura menos permisiva y más ortodoxa con respecto a la Argentina.

La persistente demora en un acuerdo definitivo podría terminarle costando caro al gobierno kirchnerista. En lugar de priorizar las elecciones podría haber aprovechado el clima permisivo que ofrecía Georgieva, y de esa manera no lidiar con la incertidumbre actual.

Fuente la derecha diario