El Hombre De Las Mil Lealtades…. Y Traiciones

“El tronco gime por la mordedura del acero, y su lamento se repite de arbol por todo el bosque, como si participaran de su dolor y comprendieran que el hacha se volvera contra ellos tambien”
Es muy peculiar que la historia de Juan Martín Paleo tenga un espacio en blanco desde su egreso del Instituto de Formación de oficiales en el año 1983 con el grado de subteniente, a ser Jefe de la Compañía de Comandos 602 siendo Mayor.

Será acaso porque en ese proceso participó de los levantamientos de Semana Santa y Monte Caseros mostrando lealtades “eternas” al discutido Aldo Rico como carapintada en contra del orden constitucional? Pero su cara se vería lavada cuando aterrizara en brazos de la jefatura de la custodia de Martín Balza, General ex Jefe del Ejército, de la masonería profunda, superviviente del radicalismo, triunfador del menemismo y socio del Kirchnerismo. Paleo tomaría ese ejemplo de versatilidad con mucho empeño, cariño y notoriedad.

Hombre de armas que llega al Generalato con la propia aprobación de Agustín Rossi en su gestión Cristinista sobre finales del año 2015 y transita las gestiones de Julio Martinez y Oscar Aguad como Comandante de la Brigada Paracaidista de Córdoba, Inspector de la Fuerza Ejercito y Comandante del elemento más violento, la Fuerza de Despliegue Rápido.

Es decir, se cobijó en el Kirchnerismo para llegar a los grados superiores, se desarrolló con macristas y presenta su tesis de post grado con la “coalición peronista”
Durante el año 2019 desarrolló todo tipo de operaciones en los ámbitos más diversos de Juntos x Cambio, cuando las acciones del entonces oficialismo estaban en alza. Luego de la derrota catastrófica de las PASO, se acercó rápidamente a un amigo olvidado, el coronel Marcelo Granitto , mano derecha y socio del todavía procesado Cesar Milani.

Compañeros del Colegio Militar, participantes ambos de los levantamientos carapintadas, tenían una chance, acercarse a Agustín Rossi que estaba siendo desplazado por Máximo Kirchner de la bancada del Frente de Todos y aterrizando en la cartera de Defensa.
Su doble discurso se iniciaba por los meses de octubre y noviembre seduciendo a los retirados de las fuerzas, y entregando el ejército para cualquier negocio que el aparato político pudiera disponer.
Tomó el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas , con un abrazo “De Yalta” en las escalinatas del edificio Libertador, cerrando el pacto con Nilda Garre y Agustin Rossi.

El objetivo sería arrodillar a las Fuerzas Armadas y terminar de disolver la voluntad de lucha de cada uno de sus hombres y mujeres.
De novio en secreto con una suboficial cordobesa que lo sigue incansablemente por todos sus puestos de comando, tomó el asiento del piso 12 del Azopardo 250 y concretó la primera reunión política relevante: se dirigió al barrio de La Horqueta en San Isidro y acordaron con Cesar Milani ir por todas las cajas que tuvieran a su alcance. Ese dinero desde el IAF, el IVE, la DNIEM, etc, iría a aplicarse al desarrollo de lo que sería el nuevo proyecto de un sistema de inteligencia paralelo que pudiera reunir información de cada uno de los personajes que pudieran oponerse al kirchnerismo y los miembros de la justicia que llevan las causas en contra de la ex presidenta.

Juan Martín Paleo mantiene numerosas reuniones diarias con el Ministro de Defensa y con su socio principal, “el sapo” Rossi (primo de Agustín). En esos encuentros todos los detalles del personal retirado y en actividad son puestos sobre la mesa, configurándose un verdadero “indiscreto” de las conversaciones que en privado mantiene con los generales del foro en algún bar, que podría ser Antares en el barrio de Las Cañitas. De más está decir que el volumen producido llega a oídos de Verbitzky como datos estelares del Cohete a la Luna.
Juan Martin Paleo, entre cientos de lealtades a un solo factor común, la traición a todos, inclusive a quien fuere su sostén el General Martín Deimundo.

Volcar aquí algunos detalles de graves desprolijidades financieras durante su misión en China sería tedioso y largo, dejando abierta la puerta para el próximo encuentro .
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