La justicia de La Matanza investiga si detrás de las últimas usurpaciones ocurridas en el distrito más populoso de la provincia de Buenos Aires fueron motorizadas por organizaciones sociales como La Cámpora, el Movimiento Evita o la CETEP, entre otras. Sucede que entre los objetos secuestrados, o que traían algunos de las más de cien personas que comenzaban a desplegar sus carpas y precarias construcciones en un predio de 20 hectáreas ubicadas en intersección de las calles Lynch, Figueroa Alcorta y Peribebuy, en el Barrio Almafuerte, más conocido como Villa Palito, en la ciudad de San Justo, había manuales, instructivos para las tomas de tierras que según el testimonio realizado ante los policías que participaron del operativo de desalojo, les habían sido distribuidos por integrantes y punteros políticos de esas organizaciones.
Entre los demorados a instancias de la fiscalía número 6, se encontraba Domingo Roberto Arroyo, un hombre domiciliado muy cerca de la fallida usurpación y que operaba una máquina vial con el fin de nivelar una parte del terreno.
Ante los efectivos de La Bonaerense, se excusó diciendo que la pala mecánica se la había facilitado “un delegado municipal”. Al menos hasta ahora esto no está probado y desde la intendencia le aseguraron a Infobae que “desde el municipio no alentamos ningún tipo de tomas”.
Los fiscales y jueces que investigan las tomas de terrenos en La Matanza, Moreno, Merlo, Berazategui, Presidente Perón y La Plata, están convencidos que los movimientos sociales están detrás de las masivas movilizaciones, no solo por los manuales que los instruyen en como organizarse para instalar campamentos en parcelas ajenas si no porque son los primeros en llegar para asistirlos con alimentos que les bajan desde los distintos planes sociales. Y no lo hacen solos. Son acompañados con familias que terminan en los precarios acampes.
En esos manuales, que por si solos no constituyen ningún delito, tampoco leerlos y mucho menos atesorarlos, se explican argumentos legales para utilizar en los desalojos y se brindan “estrategias” para “encontrar caminos para regularizar la situación”, de las usurpaciones.
Esos instructivos aparecieron por primera vez en 2015. Un jefe policial de la de la provincia de Buenos Aires que participó en los desalojos asegura los textos encontrados en esta oportunidad son similares a los instructivos de esa época y que varias familias le aseguraron que se los entregaron referentes barriales de La Cámpora y otras organizaciones barriales. Desde la Cámpora se comunicaron con Infobae para desmentir la vinculación de esa organización con los textos.
-¿Y dónde dicen que le dieron los manuales de cómo usurpar tierras?
-En los comedores a los que asisten. Por eso, algunos dicen que también se los repartieron del Movimiento Evita, de la CTEP, o de la CCC.
Infobae accedió a parte de ese material. En alguna de sus páginas, sobre el margen superior izquierdo se puede leer se puede leer “Asociación Civil Madre Tierra”. Fueron ellos los que imprimieron el instructivo. En diálogo con Infobae, uno de sus directivos confió: “No podemos asegurar que gente de La Cámpora o de las organizaciones sociales, con las que tenemos diálogo colaboren con la distribución del manual que se llama ’Por Una Tierra Nuestra’”.
“La gente continuó organizada y fue logrando mejoras en su situación a través de leyes, ordenanzas, audiencias con los juzgados, estrategias con abogados, consultando a arquitectos, agrimensores, políticos, etc, fueron encontrando caminos para regularizar la situación”, se explica en la introducción del manual.
Bajo el subtitulo “Cuando necesita donde vivir…” el manual divide la situación entre “El rico” y “El pobre”. Sobre el rico detalla: “Primero compra y escritura, segundo, construye y tercero, habita”.
Sobre el pobre expone: “Primero, habita; segundo, construye; tercero, compra y escritura”.
El instructivo sobre la toma de tierras tiene siete capítulos y están divididos en los siguientes títulos: 1-La historia de la tierra. 2-El derecho a la tierra y la vivienda. 3-organizarse y perseverar. 4-Las primera averiguaciones. 5-El proyecto urbano del barrio. 6-Los asentamientos, sobre tierras fiscales y sobre tierras privadas. 7-La escritura.
En el capítulo tercero, organizarse y persevera, no se le da muchas vueltas al tema. Allí se les aconseja a los usurpadores, por ejemplo: “Saber cual es el terreno que ocupamos y quién es el verdadero dueño de la tierra. Para eso es necesario hacer algunas averiguaciones o no quedarse solo con lo que dicen por ahí”.
En varias causas judiciales, entre ellas las que se abrieron en el Partido de la Costa y en otros distritos, la justicia investiga, por ejemplo, vínculos entre los que hacen los negociados con las usurpaciones y algún empleado infiel en las municipalidades. Estos serían quienes les pasan los datos de tierras que está, por ejemplo en sucesión o con problemas legales.
En los manuales, de manera sintética, se explican los cinco pasos para quedarse con las tierras tomadas: “Tener un diagnóstico de la situación del dominio”, “tener una estrategia de regularización”, “herramientas legales” -como conseguir una ordenanza municipal o la expropiación de los terrenos-, “la subdivsión” y “el traspaso de dominio”.
Para conseguir esto, se aconseja “organizarse”. Además, se aclara: “Es vital que las organizaciones participen en las decisiones del Estado sobre el barrio. Tenemos derecho a participar en el diseño de la implementación y la evaluación de las políticas que afectan a nuestro barrio”.
El manual es muy didáctico y esta ilustrado con dibujos que no dejan ninguna duda sobre el contenido. Por ejemplo, una de ellas muestra un barrio muy humilde con chapas y al lado, dividido por una pared, una una casa de “ricos” con pileta. Allí se lee: “Lo que es legal y lo que es legítimo”.
“Las leyes y la Justicia deben vivir juntas…Pero puede haber leyes que no se lleven bien con la Justicia. Cuando nos vemos obligados a ocupar un terreno o un inmueble abandonado, puede ser que estemos frente a un hecho ilegal, pero en la medida que surge de la necesidad, y que tiene como objetivo satisfacerla necesidad básica, es también un hecho legítimo”.
Quizás sea una coincidencia, pero tanto dirigentes sociales como personas entrevistadas estos días en tomas como la de Guernica utilizaban frases que parecían tomadas del instructivo distribuido por las organizaciones.
“MECANISMO PARA PONER LÍMITES A CONDICIONES AL EJERCICIO DE LA PROPIEDAD PRIVADA” destaca un recuadro. En los siguientes cinco renglones se precisa, por ejemplo: “Cuando hay un conflicto de derechos, entre un interés privado legítimo y un interés público o colectivo, legítimo debe prevalecer al interés general sobre el particular”.
En el capítulo segundo el instructivo entiende que “las familias ocupan terrenos ajenos abandonados porque: acceder a la compra de un lote o una vivienda por el mercado formal es imposible para los sectores más pobres”, y entre otros puntos porque “los alquileres son cada vez más altos y se exigen condiciones muy difíciles de cumplir”.
En el pequeño manual para la toma de tierras también se hace entender que las leyes no siempre están para acatarlas. Lo dice con estas palabras: “Más allá de lo que digan las leyes, tengamos en cuenta que sólo son herramientas jurídicas que aveces pueden sernos útiles. Lo realmente importante para avanzar en la lucha, poder gozar de nuestros derechos, como en este caso, a una vivienda digna, es unirnos, actuar juntos, colectivamente y tirando todos para un mismo lado. Un primer paso para ello es reunirnos, informarnos,discutir con nuestros compañeros, amigos,familiares y vecinos del barrio, escucharnos, pensar propuestas y reunirnos en asambleas para tomar decisiones”.
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