Agencia TSS – Desde hace 120 años se registran las alturas del río Paraná y no hay antecedentes de un mes de abril con niveles tan bajos. El Paraná registraba el martes 21 de abril una altura de 0,52 metros frente a la homónima capital de Entre Ríos, por lo que se acerca a la bajante histórica de 0,50 metros de 1971. El clima sería la principal razón detrás de este fenómeno y eso se refleja en el comportamiento de afluentes como el río Iguazú, cuyo régimen de estacionalidad es de suba en los meses de diciembre, enero y febrero debido a las lluvias lo que ayuda a renovar el caudal del Paraná y cuya creciente estuvo ausente en los últimos tres veranos.

Juan Borus, subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), le dijo a TSS: “Está claro que la razón de la bajante es climática. Por supuesto que uno podría pensar que el uso del suelo acrecienta los problemas, pero en la Cuenca del Plata su efecto más apreciable se da en las crecidas”.

En el año 2009 también hubo una bajante en el río Paraná que llegó a niveles de un metro en el puerto de Rosario en el mes de enero (hoy está debajo de esos niveles), pero en la segunda mitad del año se revirtió y se llegó a los cinco metros, lo que también produjo inundaciones.

A principios de 2019, el río Paraguay sufrió una crecida muy importante que dio lugar a inundaciones en Paraguay y en las provincias de Chaco y Formosa. Algunas ciudades estuvieron hasta tres semanas bajo el agua. Posteriormente, las lluvias pararon y a fines de ese año ya se registraban niveles mínimos históricos, lo cual pone de manifiesto la variabilidad climática extrema que se está dando en la región.

Sin embargo, también se apunta al uso intensivo del río como fuente de energía hidroeléctrica, con el impacto que esto puede tener en los flujos naturales del río. Jorge Daneri, abogado especializado en Derecho Ambiental y miembro de la Fundación La Hendija, de Paraná, y de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, sostuvo: “Estamos frente a un evento que entra en el escenario de cambio climático y se expresa en situaciones extremas como las grandes inundaciones y bajantes que se sostienen en el tiempo. Este ejemplo ya lleva varios meses y va a durar varios más. No solo involucra al Paraná y su cuenca, sino también a los tres grandes de la Cuenca del Plata: los ríos Uruguay, Iguazú y Paraguay. Generalmente no se lo cita al río Paraguay y es clave porque es el río que revive, en términos biológicos, al Paraná, porque este llega muerto a la confluencia con el Paraguay porque atravesó más de 50 represas hidroeléctricas en Brasil. En cambio, el río Paraguay llega muy vivo porque en su cauce principal no atravesó ninguna represa, pero además porque aguas al norte está el gran pantanal que ocupa parte de Paraguay, Brasil y Bolivia. Hablamos de una superficie de humedales equivalente a la de Francia”.