El bloque kirchnerista de Fuerza Patria está muy cerca de perder el status de primera minoría en Diputados.
Un grupo de gobernadores peronistas avanzó este jueves en la creación de un interbloque propio en la Cámara de Diputados con el que buscan ganar volumen, quitándole poder al kirchnerismo.
La movida, que se viene gestando hace semanas, tomó fuerza tras una reunión en la Casa de Salta, donde los mandatarios no kirchneristas intentaron darle forma final a la estrategia.
Del encuentro participaron los gobernadores Gustavo Sáenz (Salta), Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Rolo Figueroa (Neuquén). También se prevé la incorporación del misionero Hugo Passalacqua, aunque no estuvo presente en la reunión.
En paralelo, los mandatarios tantean la posibilidad de sumar al santiagueño Gerardo Zamora, aunque desde su provincia afirman que por ahora la intención es permanecer dentro del bloque Fuerza Patria.
El caso de Neuquén es particular. Figueroa acompañará las decisiones y actuará en coordinación con el resto de los gobernadores, pero no integrará formalmente el interbloque. Desde su entorno explicaron que la provincia “tiene una agenda propia y muchas particularidades”, por lo que prefieren mantener autonomía en el Congreso mientras continúan las conversaciones.
Antes de ingresar al encuentro, Gustavo Sáenz destacó que este tipo de articulación entre gobernadores no es nueva. “Hace mucho tiempo que los gobernadores venimos trabajando con una agenda provincial. No es una novedad”, afirmó. A su lado, el tucumano Osvaldo Jaldo anticipó el rumbo político que se está delineando: “Seguramente vamos a formalizar un interbloque”.
La jugada más importante, sin embargo, podría venir de Catamarca. Raúl Jalil evalúa abandonar definitivamente el bloque de Fuerza Patria y conformar uno propio con los cuatro diputados que le responden, con la intención de integrarlo al nuevo interbloque que impulsan las provincias del Norte. Fuentes cercanas al mandatario aseguran que la decisión está prácticamente tomada.
Si Jalil concreta la salida, el impacto sería inmediato: el kirchnerismo perdería el status de primera minoría en Diputados, un golpe institucional de enorme peso para un espacio que enfrenta numerosas tensiones internas. La fractura dejaría debilitado al bloque que conduce Germán Martínez, cuyo perfil marcadamente opositor viene siendo motivo de malestar para gobernadores que buscan un vínculo más dialoguista con la administración libertaria.
En el caso del gobernador catamarqueño, el distanciamiento no es nuevo. Desde hace semanas viene enviando señales de disconformidad con la estrategia legislativa del kirchnerismo y considera que la postura dura del bloque no refleja ni su estilo político ni su voluntad de diálogo con la Casa Rosada.
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