El Presidente participó junto a su hermana de la inauguración del nuevo edificio de Corporación América.
En un contexto de fuertes turbulencias políticas, el presidente Javier Milei reapareció públicamente para participar de un acto y, aunque no hizo referencia directa a la polémica, cargó duramente contra lo que denominó la “casta”.
El escándalo se desató a partir de la filtración de audios atribuidos a un exfuncionario que denuncian un presunto esquema de coimas dentro del Gobierno, en el cual se señala a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, como parte de la red de recaudación ilegal. A pesar de las graves acusaciones que rozan a su hermana y funcionaria de confianza, el mandatario optó por no mencionar el tema.
Durante su discurso, el jefe de Estado buscó responder a las críticas que sostienen que a su gobierno le falta “política” para afrontar este tipo de crisis. “No es que al Gobierno le falte política; no le falta política, están los de enfrente que quieren romper todo”, sentenció, en una clara alusión a la oposición y al kirchnerismo, a quienes atribuye la responsabilidad de leyes y medidas que, según su visión, atentan contra el equilibrio fiscal.
El evento sirvió también para un momento de agradecimiento personal. Milei dedicó un espacio para reconocer al fundador de la empresa, Eduardo Eurnekian, y a otros miembros de la Corporación América con los que compartió su pasado laboral. En ese contexto, destacó la figura de Guillermo Francos, a quien describió como “el mejor jefe de Gabinete de la historia” y lo puso al frente de las negociaciones con “los orcos del Congreso”, a quienes tildó de “destituyentes que quieren romper el plan económico, romper el país, promoviendo proyectos que buscan romper el equilibrio fiscal aprobando cualquier tipo de barbaridades”.
El presidente continuó con su discurso en tono combativo, comparando la situación actual con una partida de ajedrez donde “las negras también juegan”. Sostuvo que a los “políticos demagogos no les importa prender fuego el país y gobernar sobre las cenizas”, y los definió como “los argentinos de mal, los vividores que han destrozado a este país”. Con estas palabras, el mandatario elevó la tensión discursiva en un año marcado por la incertidumbre electoral.
Además de los elogios profesionales, Milei reveló detalles de su relación con Francos, a quien le atribuyó haberlo “impulsado a ser presidente”. Recordó que fue Francos quien lo animó a escribir en medios de comunicación y luego le sugirió la creación de un programa económico, un trabajo que el mandatario aseguró tener preparado “diez años antes” y que, de forma “triste”, ofrecía las mismas soluciones que hoy se necesitan.
El vínculo entre ambos, según el presidente, fue clave para su ascenso a la política. “Sin lugar a dudas, la influencia de Guillermo ha sido determinante. Parece que vio algo que no se equivocó, porque terminé siendo presidente”, afirmó. Milei también aprovechó para reflexionar sobre su paso por la Corporación América, destacando que fue una etapa fundamental para “desarrollar su amor por el sector privado” y para reafirmar la importancia de la inversión privada como motor de la economía.
En el cierre de su discurso, el presidente reiteró su visión sobre el rol del Estado, al que considera un facilitador que debe “sacar las malezas” para que el sector privado, al que calificó como la “locomotora”, pueda prosperar. En una muestra de su confianza y convicción, sentenció: “No me importa el daño que puedan hacer, si di vuelta el déficit fiscal de 100 años en un mes, ustedes se creen que me voy a preocupar por lo que me van a hacer por dos meses”.
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