La Afi es más política y caja negra:

La inteligencia estatal, indispensable para luchar contra los narcos en Rosario, ha sido desgastada en las ultimas décadas y la actual conducción de la AFI no está a la altura de las circunstancias.

La debacle que viene experimentando el área de inteligencia en las últimas décadas ha dejado al Estado en absoluta indefensión por la falta de insumos estratégicos. La Agencia Federal de Inteligencia ha sido literalmente vaciada de profesionales idóneos durante las gestiones kichneristas y en la administración de Cambiemos. Según fuentes confiables, tampoco la actual conducción a cargo del joven abogado Silvestre Sivori se muestra a la altura de las circunstancias y este déficit se exhibe con mayor crudeza a la hora de esperar avances frente a la tremenda amenaza de las bancas del narcoterrorismo en Rosario

El vaciamiento de la AFI comenzó en 2015 con la gestión de Oscar Parrilli en la ofensiva que lanzó Cristina Fernández de Kirchner contra Jaime Stiuso luego de la sospechosa muerte del fiscal Alberto Nisman. Luego desembarcó Gustavo Arribas y Silvia Majdalani y la crisis del sector no dejó de agravarse. Y, como si eso fuera poco, la última experiencia K terminó de deteriorar el servicio de inteligencia, tanto con Cristina Camaño como con Agustín Rossi. “Rompieron todo”, sostiene una fuente ligada históricamente a la inteligencia estatal. 

“La nueva intervención no logra encontrarle el agujero al mate, no conocen el organismo por más que algunos vengan de la inteligencia militar”, precisa un legislador que conforma desde hace años la Comisión Bicameral que controla a la exSIDE. Trasciende en las últimas semanas una interna entre funcionarios de carrera y dos de los coroneles que acompañan a Sívori en la gestión. Motivo de la pelea: ¿fondos reservados o escuchas telefónicas? Nunca se sabe a ciencia cierta. Por las dudas, los políticos más informados han vuelto a usar Telegram y evitan escribir mucho en el WhatsApp.

La actual conducción responde al poderoso jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y al omnipresente Jorge Antelo, brigadier retirado y secretario de Estrategia Nacional. La intención de Antelo, el jefe real de Sivori, no solo apunta a controlar las áreas de Seguridad y Defensa, sino además pretende que la inteligencia militar y criminal se subordine a las instrucciones de la AFI. Una movida ambiciosa que genera suspicacias y rispideces entre sectores que han sido antagónicos históricamente. 

MDZ