En esta mañana de miércoles, peritos de la Procuración General de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, hurgarán en el celular Samsung de Julio Chocolate Rigau, el puntero ligado con un concejal massista que atraparon con una bolsa llena de plata y 48 tarjetas de débito de contratados de la Legislatura bonaerense.

La apertura del teléfono está estipulada a las 8.30. Para evitar cualquier anomalía, la pericia se realizará en la Fiscalía a cargo de Betina Lacki.

En varias oportunidades, los defensores del exclusivo estudio de abogados que probablemente alguien poderoso y con miedo pagaría para defender a Rigau, intentaron impedir que la fiscal abra el teléfono secuestrado. Fracasaron.

El juez Federico Atencio fue el que mantuvo viva la causa de las Tarjetas de la Corrupción. Ante la desesperación de la defensa de no saber lo que el teléfono de Rigau pudiese decir, este martes el juez dijo que en todo caso, si la nulidad de la causa es confirmada por la Sala II de la Casación, el peritaje sobre el celular y cualquier otra prueba que se haya sumado a la causa quedarán sin efecto. Pero también estableció que, mientras tanto, deben seguir adelante. El poder político que se sospecha está detrás de Rigau entró en pánico.

La pericia tiene dos partes. Por un lado está la bajada de información que, dependiendo de los gigas que tenga, puede tomar de uno a tres días. “No más que eso”, le aclaran a Clarín en la Fiscalía.

“Después viene el análisis de lo que figura en el celular. Como acá somos bastante obsesivos, chequeamos todo. No usamos palabras clave, porque se nos pueden escapar cosas. La investigación la hacemos en forma manual, por decirlo de alguna manera. Así logramos las pruebas contra Ordoqui”, indicaron a este diario.

Martín Ordoqui es el camarista de la Justicia provincial procesado por Asociación Ilícita.

¿Qué busca la fiscal Lacki? Cualquier evidencia que pueda identificar al jefe o los jefes de Chocolate, que casi nadie tiene dudas que lo o los tiene. “Hay muchos indicios para pensar que esos $27 millones que Rigau sacaba por mes de las tarjetas no eran para los contratados ni para él. La plata era para otra persona”, sospechan los investigadores.

En La Plata todos relacionan a Rigau con el concejal massista Facundo Albini, que figura en la lista kirchnerista del Ministro de Justicia de Axel Kicillof, Julio Alak.

Alak es el candidato de Unión por la Patria para la intendencia de La Plata.

Chocolate tiene varias fotos con Albini y el resto de su grupo político. El padre del concejal se llama Claudio y muchos indican que sería el verdadero cerebro de una supuesta corrupción con los contratos de la Legislatura bonaerense, desde cuando era director de Personal de la Cámara de Diputados provincial.

El sábado pasado se cumplieron cuatro semanas de la caída de Rigau. A pesar de todas las sospechas sobre los Albini, ni el concejal ni su padre salieron a defenderse públicamente. No dijeron ni una palabra.

También les costó mucho salir a hablar claramente a todos los jefes involucrados de la Cámara de Diputados provincial. Los kirchneristas y los de la oposición. Ni siquiera el supuesto rey anticasta, Javier Milei, se refirió puntualmente a este escándalo que aparenta involucrar a lo que sería la casta más antigua y arraigada del país.