Sergio Massa se cortó solo a propósito, consciente de las caras de perros malos que seguramente les devolverían los propios gobernadores e intendentes peronistas y ni que hablar los dirigentes de las cámaras empresarias y comerciales.

Desde el Ministerio de Economía le confirmaron a Clarín que el candidato a presidente de Unión por la Patria no le avisó a nadie del bono de $60.000 -se pagará en dos cuotas mensuales a los trabajadores públicos y privados- sabiendo que la polémica medida generaría malestar entre los mandatarios provinciales y jefes comunales.

Para qué vamos a desgastarnos en peleas inútiles con empresarios e intendentes cuando la decisión de implementar el bono ya estuvo acordada entre Cristina y Sergio”, argumentaron en Economía.

Algo de razón tuvo Massa: el mismo domingo del anuncio del pago extra a los empleados, los intendentes peronistas mostraron su enojo y advirtieron que muchas municipalidades, entre ellas las más populosas del Conurbano, no contaban con dinero para afrontar el bono.Axel Kicillof controló el plan platita de Massa a pedido de Cristina. Axel Kicillof controló el plan platita de Massa a pedido de Cristina.

Ante la falta de fondos propios, los jefes comunales deslizaron que Axel Kicillof se haga cargo de cumplir con el nuevo plan platita del Gobierno.

Al menos la mitad de los jefes del Conurbano aseguró no tener plata para hacer frente al refuerzo anunciado por el ministro de economía.

“Estoy juntando la plata para el aguinaldo y si pago el bono no puedo garantizar que la vaya a tener para diciembre”, reniega un jefe comunal del PJ. Otro intendente también peronista se lamenta porque hace dos meses él ya dió un beneficio extra a sus empleados locales “que ya se lo comió la inflación y si Kicillof no me envía la plata no podré pagar estos dos nuevos bonos”.

Si Massa se anticipó a los rechazos de los dirigentes comunales y provinciales de su propio frente político, Kicillof también lo hizo: desde la gobernación bonaerense le aclararon a este diario que Kicillof no le enviará plata para pagarle a los municipales.

Temiendo una catarata de pedidos de dinero, desde el Gobierno bonaerense salieron rápidamente a afirmar que no cuenta con fondos para distribuir entre los intendentes y ayudarlos a pagar el bono. “La Provincia de Buenos Aires no tiene resto”, indicaron.

Tanto Kicillof como Massa presionan para que varios intendentes del GBA desarmen sus plazos fijos para hacer frente a los bonos. El ministro tiene una carpeta tan completa como actualizada que le armó la AFIP con todos los instrumentos financieros que los jefes comunales confeccionaron con la plata de sus municipalidades.

Axel Kicillof, que a pedido de Cristina Kirchner supervisó el plan de Massa, admite que ya tiene bastantes problemas para ver cómo hace para pagarles el bono a la inmensa mayoría de los 600.000 empleados de la Provincia que son los que ganan menos de $400.000.

“Estamos viendo con la mesa de seguimiento de la paritaria que incluye a los gremios que representan a los trabajadores provinciales. Tenemos en septiembre un aumento del 15% previsto y el bono es a cuenta de paritaria”, informaron desde el ejecutivo bonaerense.

Una posibilidad que manejan en la gobernación es que, como en septiembre los trabajadores recibirán un 15% de aumento, sólo se complete la diferencia entre ese incremento paritario y los $30.000 del bono.

La trama del nuevo plan platita

A regañadientes, Cristina Kichner autorizó a su ministro candidato a cumplir con lo que exigía el FMI: una fuerte devaluación del 22% de la moneda nacional. No tuvo opción tras el palazo electoral que recibió Unión por la Patria en las PASO. La vicepresidenta anhelaba a que Massa salga primero, aunque sea por un voto, para fortalecer el relato y evitar arrodillarse ante las pretensiones del Fondo. Tuvo que aceptar una dolorosa rendición.Cristina Kirchner condicionó la nueva deuda que su gobierno tomó con el FMI a que Massa anuncie el bono a los trabajadores, entre otros beneficios. Cristina Kirchner condicionó la nueva deuda que su gobierno tomó con el FMI a que Massa anuncie el bono a los trabajadores, entre otros beneficios.

El dinero no servirá para fortalecer las reservas. En realidad, representa sólo un asiento contable ya que se esfumarán pocos días después de ingresar en Banco Central: la mitad se usará para enfrentar deudas que tomó el tercer gobierno kirchnerista y el resto para pagarle al propio Fondo por el préstamo a Mauricio Macri.

Cristina condicionó su respaldo a la devaluación de Massa a que inmediatamente se anuncie el plan de beneficios sociales. Para asegurarse del alcance de las medidas, la vicepresidenta puso a Axel Kicillof a controlar las iniciativas que estaba preparando el tigrense.

Tal fue el apuro, que la semana pasada Kicillof se comunicó varias veces con Massa para definir el nuevo plan platita mientras el ministro estaba en Washington cerrando el acuerdo con el Fondo. La orden de Cristina fue que los beneficios estén listos y se anuncien el fin de semana.

M.R -Clarin