Alberto Ades es argentino, pero vive hace más de 30 años en Nueva York. Sigue de cerca lo que pasa en el país, por sus informes para los principales bancos de Wall Street.

Estudió Abogacía en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y realizó el doctorado en Economía en la Universidad de Harvard; trabajó como analista de mercados para los bancos de inversión Goldman Sachs (1994-2005), Citi (2005-2010) y Bank of America Merrill Lynch (2010-2016); actualmente es director en NWI Management LP. Piensa que la Argentina podría registrar un repunte de cara al año próximo respecto a los registros de los últimos años. “Los gobiernos no peronistas nunca empezaron con viento de cola -dice desde Manhattan-, si gana JxC sería la primera vez que arrancaría una gestión de ese signo con un contexto favorable si tenemos en cuenta estos tres elementos: una mejor cosecha, el gasoducto Néstor Kirchner ya operativo y el hecho de que los bancos centrales dejarán de subir las tasas.

– Se registró un rally en bonos y acciones argentinas hasta esta semana y tras la confirmación de los precandidatos presidenciales. ¿Qué piensa? ¿Puede sostenerse en estos meses?

– La baja en el riesgo país ocurrió con la designación de Massa pero coincidió también con un panorama mejor en los mercados globales y favorable para los emergentes. Egipto y Colombia también tuvieron rallies. La Argentina entró en ese lote, nada más. Por ejemplo el índice S&P de Wall Street registró una buena performance también, ya que los inversores temían algo que no pasó al final, el tema del debt ceiling o techo de la deuda en EE.UU. Había temor de que el gobierno estadounidense entrara en default, gastara un colchón de caja que tiene para esas situaciones y luego emitiera deuda para compensar ese gasto. Nada de eso pasó y los mercados recuperaron. Además, la Reserva Federal en junio no subió las tasas y todo esto favoreció el ambiente para los mercados. Esto benefició a la Argentina.

-¿Qué lectura hace el mercado de Massa candidato?

– Que tiene mejores chances que Wado de Pedro. El mercado subió porque ve que el oficialismo se corrió al centro y porque entiende que perdió Cristina. Así lo leen.

-¿La Reserva subirá las tasas?

– Dio señales de que lo hará dos veces más en el año. La Reserva es más sensible a la marcha del empleo que de la actividad. Si el número de inflación de junio muestra que alguno de sus componentes específicos son resistentes a la baja, habrá que ver. Muchos dicen que Jerome Powell, el presidente de la Reserva, no quería subir la tasa en junio y prefería ver cómo pegan los rezagos de los aumentos previos, prometiendo que quería aumentarla dos veces. Pero ahora dicen que podría dejarla quieta… Veremos.

– Las economías de EE.UU. y mundial mostraron una resistencia no menor a la suba de tasas. ¿Qué implica esto para el próximo gobierno?

– Un panorama a favor que no tuvieron ni Raúl Alfonsín, ni Fernando de la Rúa ni Mauricio Macri si se impone la oposición. Los gobiernos no peronistas nunca empezaron con viento de cola. Sería la primera vez que arrancaría una gestión de ese signo con un contexto favorable si tenemos en cuenta estos tres elementos: una mejor cosecha, el gasoducto Néstor Kirchner ya operativo y el hecho de que los bancos centrales dejarán de subir las tasas.

– ¿Es optimista con Argentina?

– El viento de cola es favorable pero los desafíos son inmensos. Quizá no fueron nunca más desafiantes que ahora. Hay más inflación, el Banco Central es menos creíble, la Argentina tiene más empleados públicos. La tarea es larga.

– ¿Qué diferencias ve entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich para llevar esta agenda?

– Mi impresión es que sus líneas internas van a trabajar juntas y que al día siguiente de las Paso van a reunirse y mandar un mensaje. Qué rol jugarían Larreta o Bullrich en un gobierno del otro no está claro.

– ¿Cómo ve a sus economistas?

– Parecidos. Todos tienen una visión sobre qué hay que hacer, al menos inicialmente, que significa poner el foco fuerte en lo fiscal y con una visión de qué se puede hacer al principio. En los tres equipos hablan de hacer un ajuste fiscal de casi 3% del PBI vía tarifas, empresas públicas y transferencias públicas. Esto es lo que se podrá hacer en diciembre. Lo dicen tanto Hernán Lacunza, Luciano Laspina como la Fundación Mediterránea.

– ¿Se levanta el cepo rápido?

– Creo que la pregunta sobre el levantamiento del cepo, si puede o no hacerse enseguida, es incorrecta. El cepo es como un torniquete, que intenta parar, de forma muy ineficiente y causando una cantidad de problemas o “infecciones” adicionales, una sangría persistente en la balanza de pagos. Esa sangría es el resultado de un tipo de cambio muy sobrevaluado, al menos 35%, una política fiscal insostenible, que aumenta la probabilidad de otro default, y un set de incentivos que inducen a la fuga de capital y a la dolarización de portafolios. Sin resolver esos problemas, la pregunta de si levantar el cepo no tiene sentido, en mi opinión.

– ¿Y entonces?

– El nuevo gobierno va a necesitar implementar inmediatamente de asumido un realineamiento del tipo de cambio, un ajuste fiscal que ponga las cuentas públicas en un sendero sostenible, y por sobre todo, anunciar un cambio del régimen económico a uno consistente con nuestro Preámbulo, no el de la Constitución cubana, o sea, uno centrado en el individuo, en el emprendedor, en el inversor, en el que trabaja, innova e y crea empleo, acabando con este sistema perverso de capitalismo de amigos.

– ¿Qué diferencias ve entre esta herencia de 2023 y la de 2015 a Macri?

– Es mucho mas clara hoy la sensación de crisis económicas terminal. En 2015 era menos.

– ¿Y qué significa eso para usted?

– En 2015 Cambiemos vendió que podía manejar la crisis. Y no fue así. Se decía que el kirchnerismo había dejado poca deuda y que trabajando con un gran equipo se podían solucionar los problemas. Macri ganó por poco y con un mensaje optimista. Hoy estamos peor que en 2015 pero no es ni 1989 ni 2001.

– ¿Cómo ven los inversores del exterior a la Argentina?

– Hay distintos tipos de inversores. Los especulativos que ven los precios de los activos líquidos y dicen “esto está barato y pueden valer dos veces más si las cosas salen bien”. Estos son inversores de corto plazo que tienden a participar en un cambio de régimen y pueden hacerlo en la región. Entran y salen. En el caso de la Argentina, ese inversor está más descreído porque se ha quemado muchas veces.

– ¿Ve oportunidades en Argentina?

– Hipotéticamente hay una en el largo plazo. El inversor de hoy dice: “compro ahora y vendo en diciembre”. Es un inversor muy especulativo porque no participa solo en Argentina sino en otros países a la vez.

– ¿Qué pasará con el Fondo Monetario Internacional?

– Pasaron tres meses y Massa no paró de decir que el acuerdo está cerrado, y faltan detalles. Hubo un manoseo informativo con lo del FMI que no fue como Massa dijo. Lo que él contó no es lo que sucedió. El organismo no cedió ni regaló nada y sigue negociando. No quiere ser utilizado en medio de una campaña electoral porque la plata que desembolsa es de los contribuyentes alemanes o japoneses y no se pueden volcar a una elección presidencial en la Argentina. El FMI ve que hay desvíos en los objetivos ya sea por la sequía o decisiones políticas, y se retrasó el tipo de cambio por ejemplo para contener la inflación. Además el programa está fuera de curso porque no se llega a las metas. La acumulación de reservas tampoco sucedió y no se quiere hacer el ajuste. Massa se jugó a que iba a ver una decisión política del Board de torcer el brazo al staff. No sucedió. No hay buena sensación con la Argentina para exigirle en el Directorio menos que a Zambia o Pakistán. Por eso están hace casi 2 meses y medio negociando.

Ezequiel Burgo- Clarin.com