La empresa de banca y servicios financieros HSBC ha acordado la compra de la filial británica de Silicon Valley Bank por 1 libra esterlina (unos 1,21 dólares), en virtud de un acuerdo negociado por el Gobierno del Reino Unido, salvando así a cientos de importantes empresas tecnológicas de esa nación de un posible cierre, informa The Guardian.

En un comunicado, HSBC indicó que la operación se completó “de inmediato” y que la adquisición se financiará con sus recursos existentes.

Además, señaló que al 10 de marzo la entidad financiera adquirida tenía préstamos por alrededor de 5.500 millones de libras (unos 6.657 millones de dólares) y depósitos por aproximadamente 6.700 millones de libras (casi 8.110 millones de dólares).

La venta de la filial del banco estadounidense a HSBC ha sido “facilitada” por el Tesoro británico y el Banco de Inglaterra para garantizar la seguridad de los 6.700 millones de libras esterlinas en depósitos. “Los depósitos estarán protegidos, sin apoyo de los contribuyentes”, aseguró este lunes el ministro de Hacienda, Jeremy Hunt, recordando sus declaraciones previas de que el Gobierno cuidaría del sector tecnológico británico, por lo que se ha trabajado “con urgencia para cumplir esa promesa”.

Consecuencias del desplome de Silicon Valley Bank

La quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) no solo ha sembrado la incertidumbre financiera en EE.UU., también ha tenido consecuencias alarmantes que ya se están haciendo visibles en distintas partes del mundo.

La filial británica del SVB estaba a punto de declararse insolvente, ya había cesado su actividad y no aceptaba nuevos clientes. Asimismo, más de 250 directores ejecutivos de empresas tecnológicas del Reino Unido firmaron una carta dirigida a Jeremy Hunt, en la que pidieron la intervención del Gobierno.

La quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) este viernes podría tener profundas consecuencias en la economía estadounidense, sin embargo, los expertos bancarios aún no prevén un colapso financiero a gran escala.

A diferencia de los grandes bancos que desencadenaron una crisis mundial en el 2008, el SVB dependía en gran medida de un único sector de riesgo de la economía, tanto para sus depositantes como para sus clientes. Esto significa que el relativamente pequeño banco californiano, que trabaja con nuevas empresas tecnológicas, carecía de los sofisticados enredos financieros con otras instituciones que pudiesen convertir las pérdidas en una amenaza para todo el sector, según recoge The Washington Post.

“Es extremadamente doloroso. Podría tener consecuencias muy adversas: daño microeconómico, daño al bienestar social. De repente, la gente podría irse al garete. Pero eso no es sistémico”, indicó Karen Petrou, socia directora de Federal Financial Analytics, una consultora de Washington. “No creo que estemos en riesgo de crisis”, subrayó.

Para la Reserva Federal, el hundimiento del banco supone un momento de aprendizaje, ya que, ante el drástico aumento de los tipos de interés durante el último año, con la esperanza de que el encarecimiento de los préstamos ralentizara la economía y redujera la inflación, no sorprende que un banco que atiende a empresas tecnológicas de riesgo sea una de las primeras víctimas.

“Esto es lo que quiere ver la Reserva Federal”, afirma Steven Kelly, investigador principal del Programa de Estabilidad Financiera de Yale. “Quieren ver un endurecimiento de las condiciones financieras, aunque esto probablemente les pone más nerviosos sobre dónde se encuentran en el ciclo de endurecimiento”.

Efectos en la bolsa

Wall Street también se vio sacudido por el abrupto final del SVB, la segunda mayor quiebra bancaria de la historia de EE.UU., después de la de Washington Mutual en el 2008.

Cuatro de los mayores bancos estadounidenses por tamaño de activos perdieron 52.400 millones de dólares de valor de mercado en un solo día. Este jueves, los inversores comenzaron a vender acciones de JPMorgan Chase, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo, debido a la preocupación por sus carteras de bonos, según destaca Financial Times.

Precisamente el SVB anunció que había perdido unos 1.800 millones de dólares tras la venta de una cartera de valores de 21.000 millones de dólares provocada por un descenso de los depósitos de los clientes. La pérdida llevó al banco a anunciar una emisión de acciones por valor de 1.750 millones de dólares para reforzar su capital. Las acciones del SVB se desplomaron un 60% este jueves, hasta su nivel más bajo desde el 2016.

Los reguladores bancarios tomaron posesión del banco y designaron como síndico a la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), que a su vez se apresuró a cerrar el banco.  La FDIC optó por no esperar hasta el cierre de operaciones para embargar la entidad bancaria, como suele hacerse normalmente en las liquidaciones ordenadas de una institución financiera. Los depósitos del banco se encuentran actualmente bloqueados y en suspensión de pagos.

Esta situación ha llevado a los inversores a centrar su atención en los riesgos asociados a las carteras de bonos de otros bancos estadounidenses, muchos de los cuales invirtieron un flujo de depósitos durante la pandemia de coronavirus en valores a largo plazo, como bonos del Tesoro, según el mencionado medio.

¿Es un problema de Silicon Valley?

Los fondos que quedaron bloqueados demuestran que los problemas del SVB se extienden por todo el ecosistema de Silicon Valley y suponen un riesgo para la economía en general, destaca el exsecretario del Tesoro Lawrence Summers, quien advirtió de que habrá consecuencias “graves” si los reguladores no diseñan una transición suave para el SVB.

“Sin duda va a tener consecuencias muy importantes para Silicon Valley -y para la economía de todo el sector de riesgo, que ha sido dinámico-, a menos que el Gobierno sea capaz de garantizar que esta situación se resuelva”, declaró Summers este sábado en una entrevista con Bloomberg.

SVB Financial Group, la matriz del banco, es bien conocida por sus vínculos con nuevas compañías y empresas tecnológicas bien establecidas en el estado de California y fuera de él, muchas de las cuales aportaron millones en depósitos. Gracias a esto, empresas de tecnología como Roku, viñedos californianos y esfuerzos filantrópicos respaldados por inversores de capital riesgo, incluidos ensayos clínicos de tratamientos médicos prometedores, se enfrentaron a una repentina pérdida de financiación.

“Hay docenas, si no cientos, de startups que tenían previsto utilizar ese efectivo para hacer frente a sus nóminas la semana que viene”, según Summers. “Si eso no puede ocurrir, las consecuencias serán realmente muy graves para nuestro sistema de innovación”.

Con Información de RT