A este número es preciso sumarle el monto de las localidades que adquieren los tratamientos independientemente de Nación (como la provincia de Santa Fe o la CABA).
De acuerdo a la “Guía de tratamientos de modificación corporal hormonal para personas trans” realizada por los doctores Gollán y Kreplak, la edad de consentimiento para la implementación de estos tratamientos comienza a los 13 años aunque “Algunxs niñxs y adolescentes trans* pueden haber realizado tratamientos de supresión puberal usando análogos de GnRH” desde el momento de su autopercepción.
La web oficial del Ministerio de Salud de PBA indica que los bonaerenses cuentan con 100 centros de hormonización catalogados como “efectores de diversidad sexual”, que es desde donde se reparten estos tratamientos en el marco del Programa de Implementación de Políticas de Género y Diversidad Sexual.
La Ley 26.743 de Identidad de Género garantiza la compra de insumos para realizar la terapia hormonal que permite a la población transgénero adecuar su cuerpo a la identidad y género autopercibidos, desarrollando rasgos femeninos o masculinos según se desee, y suprimiendo los del sexo asignado al nacer, mediante la administración de hormonas.
El Presupuesto Nacional 2021 asignó a las “Acciones para la Identidad de Género” más del doble que lo destinado al Instituto Nacional contra el Cáncer
A pesar de que el número de enfermos de cáncer en el país supera ampliamente a la población trans que desea realizar una terapia hormonal para readecuar su cuerpo, de acuerdo al Presupuesto Nacional 2021, el Programa 50 correspondiente a las Acciones para la identidad de Género, dependiente de la Dirección de Géneros y Diversidad, tiene asignado un total de $395.422.858, mas del doble del monto que recibe el “Instituto Nacional del Cáncer“, apenas $158.112.144 anuales.
En nuestro país, la corrección política está demostrando ser la enfermedad mas mortal de todas, y ningún político se anima a abrir la boca cuando se destina el doble de plata a los tratamientos hormonales para el cambio de caracteres sexuales, que a la lucha contra el cáncer.
La venta de estas drogas es un inmenso negocio para los laboratorios ya que la modificación corporal hormonal es un largo camino, 100% a cargo del Estado, que se sostiene con los impuestos de los contribuyentes.