Pioneros de la ecología social en el país y creadores de la red nacional de Acción Ecologista en la década del ´80, Antonio Miglianelli (Neuquén) y Alejandro Beletzky (Río Negro) continúan comprometidos con su profesión en defensa de los recursos naturales nacionales. En esta ocasión, los ecólogos sociales lanzaron un informe donde apuntan a reflexionar sobre “el daño” que conlleva la instalación del oleoducto Vaca Muerta – Piedras Coloradas para “los bienes comunes en espacio de sustento”. 

https://drive.google.com/file/d/1JNjNRci_XlF0hpiSV9MvWDi8qNrzU0EW/preview

La obra que comienza en Vaca Muerta atraviesa Neuquén y Río Negro hasta desembarcar en Punta Colorada donde se encuentra el golfo San Matías, un paso obligado por las ballenas que decantan en la Península Valdés. “Lo que se ‘gana’ hoy, se pierde mañana. El proyecto del oleoducto pone en riesgo un inmenso bien común: el mar que día a día se contamina más. Ni hablar de nuestro golfo Azul. Atracción de millones de personas, refugio de una vasta avi-fauna, que desde hace un tiempo, agregó el paso y quizás nuevo centro de apareamiento y parición de la ballena Franca Austral”, indicaron. 

En diálogo con REALPOLITIK, Miglianelli planteó: “Sería terrible un derrame de petróleo. Imaginemos una rotura de oleoductos o un accidente de petroleros, ¿qué sería de todos estos bienes naturales y el ambiente acuático con economías pesqueras en toda la región?”.

Además, contó cómo viven los habitantes de la zona: “Una comunidad vive cerca del trazado del oleoducto y están esperando a que se modifique la ley para que no pueda haber nada contaminante en el golfo San Matías; también, con el fracking, a la población lindera se le rajan las casas, hay más de 100 movimientos telúricos por mes”. 

Vale aclarar que el proyecto para la construcción del oleoducto cuenta con media sanción de los legisladores provinciales rionegrinos, que obtuvo el acompañamiento de la mayoría de los legisladores que integran los bloques de Juntos Somos Río Negro (JSRN), el Frente de Todos (FdT), Juntos por el Cambio (JxC) y Unidad Ciudadana. A su vez, la obra permitirá transportar 60 mil metros cúbicos por día, equivalente a 372 mil barriles de crudo, y se convertirá en el mayor puerto exportador de petróleo del país, con una inversión total de 1.260 millones de dólares.

“Oponerse a Vaca Muerta es lo mismo que hacerlo con la soja transgénica. Desde hace treinta años venimos insistiendo con el concepto de bienes comunes en espacio de sustento, y entonces nos preguntamos si tanto la soja como el petróleo han elevado nuestro nivel de vida; el beneficio mayoritario tiene depositarios visibles: las empresas y el estado”, cuestionó Miglianelli.

Y añadió: “En este modelo extractivista, (hidrocarburos, minería), y productor, (agrícola-ganadero), han sido las multinacionales –históricamente – quienes jamás pierden. En la vereda de enfrente, la pobreza, la exclusión y la desigualdad social se acrecentaron con el pasar de las décadas”.

En tanto, ejemplificaron: “Sostuvimos también otrora que la próxima disputa mundial, sería por el agua y la tierra, ergo: los bienes comunes. En nuestro país la soja y los biocidas, han degradado el suelo. El cambio climático que tanto negaron entonces es una realidad, y el agua está en peligro”.

En esta línea, graficaron: “La disponibilidad de agua promedio anual en el mundo es de aproximadamente 1,386 millones de km3, de estos el 97 por ciento es salada, el 3 por ciento, es decir 35 millones de km3, es agua dulce y de ésta casi el 70 por ciento no está disponible para consumo humano debido a que se encuentra en forma de glaciares, nieve o hielo”.

Teniendo en cuenta el panorama descripto, el ecólogo neuquino solicitó: “No agreguemos más daño al que ya tenemos, ya que está tomada la decisión política con Vaca Muerta por las divisas que van a generar, pedimos que no nos hagan pelota los bienes comunes”. De este modo, amplió: “Tenemos que cuidar el mar, es dos más dos; si lo afectan pueden haber cuestiones irreversibles. Si Bahía Blanca ya tiene un Polo Petroquímico, que el oleoducto pase por allí, aunque ya se están excusando con que allí no entra un alfiler”. 

Por otra parte, como ecólogos sociales, se contrapusieron al discurso ambientalista: “Ellos hablan de mitigar el daño, lo que se encuentra en las antípodas de nuestro pensamiento porque precisamente queremos evitarlo”. Y ante este medio, Miglianelli profundizó: “El ambientalismo sostiene una idea de ingeniería mediante estudios de impacto ambiental, pero intentan controlar las cosas que finalmente suceden. En cambio, nosotros analizamos más variables como la económica y la cultural porque manejamos el concepto de red, queremos adelantarnos a los problemas haciendo un estudio dialéctico de la realidad”. 

Por último, ambos llamaron a la reflexión de la ciudadanía y la clase política: “¿Estamos dispuestos a que una trasnacional genere un accidente de tal magnitud como sucedió en Perú con Repsol y que jamás se hagan cargo? ¿Estamos dispuestos de hipotecar la Patagonia? ¿Estamos dispuestos los operadores turísticos a ser arrasados por el temporal negocio del petróleo cuando la Patagonia y sus maravillas naturales son para toda la vida?”.

“Nosotros, las organizaciones que se suman y los ecólogos sociales en defensa del presente y futuro decimos que la Patagonia no se arriesga y que se reevalúe la capacidad y ampliación de los puntos actuales de exportación de petróleo. Invitamos a todas las agrupaciones e instituciones que les preocupe este cuadro, a cooperar y pensar alternativas, aportar y sumarse a nuestra inquietud”, concluyeron.

Cabe destacar que las empresas que explotan el yacimiento de Vaca Muerta son YPF, que tiene el 42 por ciento del área; Gas y Petróleo del Neuquén SA, con el 12 por ciento; y el 46 por ciento restante se lo distribuyen ExxonMobil, Pan American Energy, Petronas, Pluspetrol, Shell, Tecpetrol y Wintershall, entre otras. (www.REALPOLITIK.com.ar)