Horas después de la inesperada derrota en las PASO, Cristina Fernández de Kirchner exigió a Alberto Fernández un cambio inmediato del Gabinete, que debería iniciar con la renuncia de Martín Guzmán. El Presidente se negó a modificar su gobierno y menos a forzar la caída de su ministro de Economía.
Los dos socios de la coalición oficialista discutieron este asunto anoche en Olivos, y los dos se mantuvieron en sus posiciones: el jefe de Estado apoyando a Guzmán, y CFK reclamando un giro en la política económica para tener una supuesta posibilidad en los comicios del 14 de noviembre.PUBLICIDAD
Alberto Fernández movió sus piezas al mediodía en un acto oficial que sirvió para respaldar en público a Guzmán. El ministro explicó la Ley de Hidrocarburos y reiteró que su plan económico no será reformulado como se exige en el Senado, la Cámpora y el Instituto Patria. A continuación, el presidente confirmó que su estrategia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es honrar la deuda de 1.800 millones de dólares que vence en marzo de 2021.
La vicepresidente contestó con un rápido Gambito de Dama. Fortaleció su centro de poder político y ordenó a sus ministros y demás funcionarios del Gabinete que pongan a disposición -por escrito- su renuncia al cargo. Y así lo hicieron Eduardo “Wado” de Pedro (interior), Martín Soria (Justicia), Roberto Salvarezza (Ciencia y Tecnología), Juan Cabandié (Medio Ambiente), Luana Volnovich (PAMI) y Fernanda Raverta (PAMI).
La jugada del presidente en el Museo del Bicentenario y la inmediata réplica de CFK exhiben la fractura expuesta del Gobierno, y plantean a su vez un interrogante que aún nadie puede contestar en Balcarce 50: si Alberto Fernández ratifica en sus cargos a los alfiles más audaces del kirchnerismo, ellos qué harán si el jefe de Estado continúa con su estrategia de hacer los cambios después de las elecciones legislativas.Alberto Fernández toma juramento como ministro del Interior a Eduardo “Wado” de Pedro, el 10 de diciembre de 2019
La ofensiva de Cristina sobre Alberto Fernández es resistida por los ministros que se alinean con el Presidente. Cuando los resultados de las PASO ya eran inapelables, todos los miembros del Gabinete pusieron a disposición sus renuncias. Incluso los referentes más importantes de CFK en la administración del Frente de Todos.
Por teléfono y de manera personal en el búnker oficialista, ese domingo Alberto Fernández agradeció el gesto político y rechazó cada una de las declinaciones formales. Ya se sabía en Balcarce 50 que habría cambio de Gabinete, y también se asumía que el jefe de Estado y la vicepresidente iban a chocar por los tiempos políticos.
El Presidente no quería una reforma abrupta esta semana, y Cristina exigía que la caída de los ministros fuera ipso facto.
Frente a las renuncias por escrito de Wado de Pedro, Cabandié, Soria, Salvarezza, Volnovich (PAMI) y Raverta, se alinean junto al Presidente: Santiago Cafiero (jefe de Gabinete), Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Jorge Ferraresi (Vivienda), Felipe Solá (Cancillería), Matías Lammens (Turismo), Gabriel Katopodis (Obras Públicas), Elisabeth Gómez Alcorta (Mujeres), Martin Guzmán (Economía), Juan Zabaleta (Desarrollo Social), Vilma Ibarra (Secretaría Legal y Técnica), Juan Pablo Biondi (Secretaria de Medios de Comunicación)y Julio Vitobello (Secretaría General).
Sergio Massa, el tercer socio de la coalición oficialista, citó a sus funcionarios a las 18 para decidir su propio curso de acción. Está en contacto con Alberto Fernández y CFK, y ninguno de sus representantes en el Gabinete -ministros, secretarios y directores- se plegaron a la estrategia de la Vicepresidente de forzar un inmediato cambio en el Gobierno.
A diferencia de otras oportunidades, el Presidente no tiene intensiones de ceder ante las exigencias de la Vicepresidente. Sucedió con la renuncia de Marcela Losardo en Justicia, y con la posición de la Cámpora que defendió a Federico Basualdo como subsecretario de Energía Eléctrica, cuando Guzmán ya había dispuesto su inmediato desplazamiento.
Alberto Fernández alega que toda la coalición perdió, y que la responsabilidad política es de todos. En este sentido, el jefe de Estado no tiene intenciones de pagar -solo- la cuenta de la derrota electoral.Alberto Fernández y Sergio Massa caminan por los jardines de la quinta de Olivos
Después del discurso de la derrota, Alberto Fernández se fue a Olivos junto a Cafiero, Vitobello, Biondi y Gustavo Beliz, secretario de Asuntos Estratégicos. En ese cónclave, el presidente describió su hoja de ruta y anticipó que CFK avanzaría contra el actual gabinete. Y agregó ante su círculo más cercano que no era momento de hacer cambios, porque una probable derrota en los comicios de noviembre obligaría a hacer un nuevo cambio de gabinete.
En el bunker de Chacarita, a la misma hora, Máximo Kirchner, De Pedro, Massa, Katopodis y Zavaleta se quedaron analizando los resultados electorales y los próximos pasos a seguir. Era cerca de las 2 AM del lunes 13, y la conclusión general de los referentes de la Cámpora fue que el Presidente tenía que forzar la renuncia de Guzmán como primera respuesta a la debacle electoral.
Esa táctica de aproximación al control total del Gabinete fracasó cuando Alberto Fernández respaldó al ministro de Economía y hoy lo puso a su lado en el Museo del Bicentenario. CFK ya sabía que el jefe de Estado actuaría de esa manera, y ejecutó su propia réplica política acompañada por figuras claves del Gobierno.
Por estas horas, el Presidente cavila su propio movimiento. Aguardará el respaldo político de Massa, y luego decidirá qué hacer para evitar un cisma en la coalición oficialista y una crisis sin precedentes en este gobierno peronista.
Cristina pretende la rendición incondicional.
Cristina Kirchner lanzó su jugada más arriesgada desde que es vicepresidenta. Tras ejercer una fuerte presión mediática para obligar a Alberto Fernández a desplazar a Santiago Cafiero y Martín Guzmán, ahora la vicepresidenta mandó a todos sus ministros a poner su renuncia a disposición y aisló al extremo al presidente.
La jugada la comandó el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, el primero en anunciar que ponía su renuncia a disposición de Alberto. Lo siguieron inmediatamente el titular de Justicia, Martín Soria, el de Ciencia, Roberto Salvarezza, y el de Cultura, Tristán Bauer.
Lo mismo hicieron otras dos funcionarias claves del kirchnerismo: la titular de Anses, Fernanda Raverta, y la del PAMI, Luana Volnovich.
Más tarde hicieron lo propio otros funcionarios kirchneristas como la secretaria de Comercio Interior, Paula Español; y el titular de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani. Otros que habrían puesto su renuncia a disposición serían Juan Cabandié (ministro de Ambiente), Juan Martín Mena (viceministro de Justicia), Horacio Pietragalla (secretario de Derechos Humanos) y Martín Sabatella (titular de Acumar).
En el entorno de Alberto y de Cafiero hubo silencio inicial y la primera reacción de los voceros fue asegurar que todos los ministros habían puesto su renuncia a disposición “de palabra” desde el momento en que se conoció la derrota del domingo.
“El lunes de palabra de una manera u otra, todos los ministros presentamos la renuncia”, aseguró el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, que no sumó a la movida a pesar de ser considerado un cristinista duro. “Creo que soy uno de los más cercanos a Cristina y la verdad que nadie me dijo lo que tenía que hacer”, agregó.
Se trata de un golpe político muy fuerte contra Alberto, que apenas unos minutos antes se había mostrado con Guzmán durante la presentación de la nueva ley de hidrocarburos. Desde el lunes el presidente se ha encargado de mostrar respaldo a los funcionarios apuntados: Cafiero, Guzmán y Matías Kulfas.
La presión del kirchnerismo empezó con declaraciones mediáticas de dirigentes de segunda línea, pero rápidamente pasó a la primera línea con los dichos de Andrés “Cuervo” Larroque, uno de los líderes de La Cámpora.
A lo mediático se sumó lo político con la decisión de que Alicia Kirchner le pidiera la renuncia a todo su gabinete en Santa Cruz. Y en provincia de Buenos Aires hace unas horas la ministra Teresa García anunció que todo el gabinete de Axel Kicillof había hecho lo mismo.
Pero Alberto se mantuvo firme en su idea de no tocar su gabinete y mantener a Cafiero y Guzmán. Como adelantó LPO, el presidente se enfrentaba al riesgo de que si no movía fichas el kirchnerismo estaba dispuesto a ir a fondo con la presión. Las renuncias lo dejan aislado al extremo y en una situación de debilidad inédita.
FUENTE : INFOBAE, LA POLITICA ON LINE Y SEPRIN