ROSARIO.– Carolina Losada no para de hablar con los medios de comunicación desde la noche del domingo. Aunque toda su vida profesional como periodista se dedicó a eso, su voz pide un descanso, luego de convertirse en una de las sorpresas de la elección en Santa Fe, donde se impuso como la precandidata para el Senado más votada de Juntos por el Cambio, una fuerza que le sacó diez puntos de diferencia al Frente de Todos.

La periodista no tuvo respaldo de ninguna figura de Juntos a nivel nacional, a diferencia de sus rivales, algo que –según dice– la favoreció. “Estábamos solos frente al mundo, pero en Santa Fe no necesitamos que los porteños nos vengan a advertir lo que tenemos que decir”, advirtió en diálogo con LA NACION. Su lista Cambiemos con Ganas, cuya apuesta fue obra de la ingeniería política del diputado radical Julián Galdeano, reunió más de 230.00 votos y venció a la estructura de Pro, que tenía el apoyo explícito de Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta.

¿Qué vieron los votantes en usted, que la convirtieron en la sorpresa de la elección de Santa Fe?

–Uno de los motivos fue que no provengo de la política tradicional y una cantidad importante de gente conoce mi trayectoria como periodista. La sociedad está harta de los políticos tradicionales, que fracasaron en darle soluciones a la población, y a los problemas que enfrentan día a día. Creo que la política necesita oxigenarse. Y que el electorado confió en alguien como yo que viene de otro lugar, como son los medios de comunicación, pero que detrás de mí hay una trayectoria y sobre todo seriedad. Lo que decía en la campaña siendo precandidata era lo mismo que decía cuando estaba en el periodismo. Eso la gente lo valora, porque cada vez cree menos en la palabra de los políticos. No estoy de acuerdo cuando se analiza que esta elección fue vacía de contenido. En nuestro espacio presentamos ocho proyectos puntuales siendo precandidatos. A través de estas ideas también le mostramos a la gente quiénes somos y a quién queremos dejar atrás, y eso está claro que es al kirchnerismo.

¿Considera que usted, por no provenir de la política, se favoreció del llamado “voto bronca” que se hizo presente en esta elección?

–Hay un voto bronca que es real y concreto en todo el país. Es lo que vengo recogiendo a lo largo de toda la campaña electoral en Santa Fe. Y se da en un contexto en el que los políticos nos han estafado. Por eso es saludable que gente que no viene de la política tradicional se involucre y deje los lugares de confort. La gente está muy enojada con el Gobierno, porque consideran que esta vez vinieron por la Justicia, la libertad de prensa, la educación, la salud y la propiedad privada. Y creen que ahora el kirchnerismo está yendo por el Congreso. Esta bofetada en esta elección es clave para poner esos límites y lograr que la Cámara de Diputados y senadores no sigan siendo escribanías del oficialismo.

El expresidente Mauricio Macri respaldó a uno de sus oponentes, Federico Angelini; Elisa Carrió a José Corral y Martín Lousteau a Maximiliano Pullaro. ¿Hay un mensaje en el electorado que eligió a alguien que no tenía el apoyo de ninguna figura nacional de Juntos por el Cambio?

–Nosotros estábamos solos frente al mundo, pero la gente nos eligió. En realidad, no estábamos solos sino que teníamos los pies en la tierra y, lo más importante, contábamos con el respaldo del electorado. En Santa Fe no necesitamos que los porteños nos vengan a advertir lo que tenemos que decir. Yo no voy a hacer un levanta manos de nadie, como son los senadores de Santa Fe (Roberto Mirabella y María de los Ángeles Sacnun), que aprobaron todas las leyes que le ordenó Cristina, como la de biocombustibles que es clave para la provincia de Santa Fe.

¿Cree que después de esta interna intensa en Juntos por el Cambio habrá unidad en ese espacio de cara a las elecciones de noviembre?

–Estoy convencida de que vamos a estar todos juntos porque, en realidad, es la gente la que nos quiere ver unidos. Votó a este espacio para que le pongamos un límite al Gobierno. Y eso va a suceder. Mantuve conversaciones con Federico Angelini y con José Corral. Con el único que no hablé es con Maximiliano Pullaro, que no admitió la derrota y quiere esperar el escrutinio definitivo. Está en todo su derecho. Pero se comunicó conmigo su referente nacional, Martín Lousteau, que me felicitó. Tenemos que tener en claro que el rival de todos en Juntos por el Cambio es el kirchnerismo.

¿Después de una derrota tan fuerte para el presidente Alberto Fernández, cree que está en juego la gobernabilidad?

–No creo que esté en juego la gobernabilidad. Tampoco creo que esta gestión vaya a hacer muchos cambios. Considero que va a ser saludable para el país que se puedan discutir leyes en el Senado. Eso es lo principal en esta etapa, donde el Congreso de la Nación se había transformado en una escribanía. Es necesario volver a discutir ideas y proyectos en la Argentina. No creo que el kirchnerismo haga una lectura autocrítica de la situación. Está claro que cuando el pueblo le dio un mensaje claro, Cristina Fernández redobló la apuesta siempre. Y es algo que va a ocurrir ahora. La gente se agotó de este esquema de gobierno de doble vara. Ellos demostraron que se creen una casta superior, como quedó demostrado con el escándalo de los vacunados vip y la fiesta en Olivos, mientras todos no podíamos despedir ni a nuestros seres queridos. La sociedad está harta de que no se creen las condiciones para que haya trabajo digno y que alguien que tenga una empresa pueda producir e importar lo que necesite, o la gente del campo que pueda seguir exportando carne.

Recibió muchas críticas cuando afirmó que los chicos sueñas con ser narcos en Rosario

–Me criticaron porque los dirigentes de las otras fuerzas políticas se quedaron con el título y nada más. Pero la gente sabía de qué estaba hablando. Porque esa frase la saqué de las charlas que tuvimos con dirigentes sociales en los barrios, con sacerdotes y vecinos que nos decían que eso es lo que ocurre en algunas zonas de la ciudad. Cuando mencioné esto lo hice en el marco de la presentación del proyecto llamado de infancias protegidas. No era solo una denuncia. De todos modos, el debate fue bueno porque puso el tema en la agenda. Hoy en Rosario nos dicen que hay un Estado dentro de otro Estado. Hay personas que si tienen algún problema ya no llaman más a la policía sino que van a los narcos a solicitarle que le den soluciones. Y ocurre esto porque hay lugar donde los únicos que crecen son los narcotraficantes, que son los que tienen autos, ropa de marca, dinero. En Santa Fe, gran parte de la dirigencia política quiere meter esta clase de temas debajo de la alfombra. Y yo no lo voy a permitir, como tampoco que en medio de la ola de asesinatos que hay en Rosario la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, se niegue a enviar más efectivos federales y diga que Suiza es aburrido. Es una burla. A mí ni a nadie en la provincia de Santa Fe la divierte que estén matando gente. Y la gente de eso se cansó.Germán de los Santos