En las últimas horas trascendió que la Corte Suprema de Justicia le devolvió al juez Esteban Furnari el expediente de la inhibitoria del Estado Nacional para que trate los recursos de apelación planteados por las partes en las causas sobre las que resolvió sobre la competencia para tratar el asunto de las clases presenciales.
La lucha judicial por las clases presenciales o no en la Ciudad de Buenos Aires es por estas horas un tema de nunca acabar, y es que luego de que ayer el magistrado Esteban Furnari, del fuero Contencioso Administrativo Federal, admitiera parcialmente la inhibitoria planteada por el Estado nacional y declarara la incompetencia del fuero en lo Contencioso Administrativo, Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, en las últimas horas de este miércoles 21/04 se conoció una nueva decisión de la Corte.
En esa línea, según trascendió, la Corte Suprema le devolvió al juez Esteban Furnari el expediente de la inhibitoria del Estado Nacional para que trate los recursos de apelación planteados por las partes en las causas sobre las que resolvió sobre la competencia para tratar el asunto de las clases presenciales.
Con esta nueva decisión, se sigue moviendo el ajedrez judicial y ahora la causa regresa al Juzgado Contencioso Administrativo Federal 2, para tratar si conceden o no los recursos de apelación de los actores en causa “Palacios” y la Fundación Centro de Estudios en Políticas Públicas, es decir, los expedientes que tramitaron en la Justicia porteña.
En ambos recursos, de idéntico contenido, se planteó el desconocimiento del fallo del juez federal Esteban Furnari, lo objetaron de nulo y pidieron que la Cámara Contencioso Administrativo Federal lo revoque.
Asimismo, especialistas remarcan que esas dos causas judiciales no son las que inició el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires contra el Estado Nacional en torno al DNU 241/2021 -que sigue en los estrados de la Corte Suprema-. “En estas dos causas su objeto es similar pero son diferentes expedientes”, explicaron.
Cabe recordar que en su resolución, el juez Furnari dispuso que la causa se remita a la Corte Suprema, “haciéndose saber a la Sala IV de la Cámara de Apelaciones y al Juzgado 1 de aquel fuero que deberán instrumentar la remisión ordenada”.
“Quiero dejar claramente asentado que no está en el ánimo del suscripto generar mayor incertidumbre en la sociedad, sino -muy por el contrario- arrojar luz respecto de cuestiones que debieron permanecer al margen de una confusión de estas características y trascendencia, suscitadas por una decisión para la cual no había espacio y que, bajo la apariencia de un acto jurisdiccional regular, receptara apenas el sentir popular de una parte importante de aquélla, llevando efímeras expectativas a sus integrantes”, había agregado Funari en su resolución.
Apoyado en este fallo, la Casa Rosada intentaba darle el brazo a torcer al Gobierno porteño e, incluso, envió una carta a colegios privados presionándolos para cerrar hasta el 30 de abril.
En concreto, lo que hizo la Corte Suprema de la Nación fue devolverle el expediente a Furnari porque, al ser el titular del Juzgado que dictó la resolución que fue apelada, tiene que expedirse respecto de la admisibilidad de esas apelaciones.
Es que en este expediente el Gobierno de CABA no es parte, por lo que no le corresponde a la Corte intervenir. Técnicamente, se llama competencia originaria. Entonces, se lo devolvió a Furnari para que él resuelva adónde lo manda.
Furnari, justamente, había entendido que CABA debía suspender las clases presenciales hasta que la Corte resuelva e instó al Máximo Tribunal acelerar su decisión pero los ministros ya le dieron su respuesta. Un fracaso total del presidente Alberto Fernández y su equipo.
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