Sigman goza de una protección como pocos: es un mimado del Gobierno y de la oposición. Con todos hizo buenos negocios y con todos se vio favorecido.
Mientras colapsan los servicios sanitarios en los puntos neurálgicos del país y comienza a escasear la provisión de vacunas a niveles preocupantes, el Gobierno sólo atina a culpar a chinos, rusos y al mexicano Carlos Slim, y a enviar a un desinformado Jefe de Gabinete al canal TN a balbucear una burrada: que los privados pueden comprar vacunas.
No contento con esto, Cafiero lo repite en sus redes sociales creyendo que de esta manera tiende puentes con la oposición sin saber que en este momento NINGUN privado puede comprar NINGUNA vacuna de NINGÚN laboratorio en el mundo porque estas han sido aprobadas de emergencia para “uso y distribución “ por parte de Estados Nacionales y/o Provinciales, pero no para “comercialización “ y menos de privados.
Lo extraño del caso es que el Gobierno incinera a lo bonzo al Jefe de Gabinete en lugar de señalar al verdadero responsable de la crisis, el empresario Hugo Sigman, personero de AstraZeneca que mandó a pasear por el mundo la materia prima argentina para fabricar millones de dosis de vacunas con la excusa de fraccionarlas y embotellarlas en México primero, en Estados Unidos después, cuando lo podría haber hecho en la planta de su propiedad, construida con fondos del Estado y no lo hace “por razones de escala”.
Sigman puede ser un crápula o no, no me consta, lo que no se comprende es la protección oficial de la que goza, pese a no haber entregado una sola vacuna y haber anunciado desde la clandestinidad una nueva dilación de cinco días, que después pueden ser 10 o 15 pero que inexorablemente nos llevan a mayo.
Sin embargo, no se le ha prohibido seguir exportando el antígeno de las vacunas.
No se lo ha sancionado ni dado a conocer el contrato que nos vincula con Astrazeneca, como ocurrió en otras partes del mundo.
No se ha intervenido su fábrica de Garín que pagamos todos, ni se le ha exigido dar explicaciones ante la prensa o la opinión pública.
Sigman goza de una protección como pocos: es un mimado del Gobierno y de la oposición. Con todos hizo buenos negocios y con todos se vio favorecido, con una formula que no proviene de Hipócrates, colocar funcionarios claves en puestos estratégicos que siempre cuidaron sus negocios. Podríamos nombrarlos uno a uno pero la lista de dichos funcionarios es mas extensa que el Vademecum.
Por Walter Goobar – EPD