El Gobierno teme la llegada de una segunda ola de contagios (EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo)
El Gobierno teme la llegada de una segunda ola de contagios (EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo)

Yo escuché mal o el ministro Gollán, de la provincia de Buenos Aires, dijo que la segunda ola llegó porque la gente falló en los cuidados. ¿Pueden ser tan descarados? Realmente. Pero se los voy a argumentar: el plan de vacunación de la Argentina para evitar la segunda ola falló. Doctor Gollán, no es culpa de la gente.

El país lleva, en total de aplicaciones, 3.722.947 ¿Saben cuántas de esas son de vacunados con dos dosis? 669.922 personas. No llegamos ni a un millón de personas, no llegamos ni al 10{688a8ce96c256f08401d8e2f5c8db48dc2792b622bdd2a5bb1e6509fa5d7b8e2} de la población con una dosis y, ¿es culpa de la gente? Señoras y señores, llegó la segunda ola y el plan de vacunación del Gobierno para evitarla, fracasó. En diciembre, el Presidente de la Nación anunció que en febrero iba a haber, al menos, 10 millones de dosis solo de la vacuna Sputnik V. No es culpa de la gente, Doctor Gollán, y hay un par de consideraciones a partir de ahora o, por lo menos, que aparecen ante simplemente el repaso de ciertas metodologías. En estos días se escuchó mucho sobre las quejas o el reclamo para que la Ciudad de Buenos Aires adelantara los turnos a los adultos mayores de 70 ¿Ustedes saben cómo se distribuyen las vacunas en el país? Primera pregunta: ¿creen que se distribuyen según la población de riesgo de cada distrito? Bueno, la lógica, el sentido común, indicaría que sí. La respuesta es no. En la Argentina no se distribuyen las vacunas según la población de riesgo de cada localidad, se distribuyen según los datos demográficos de cantidad de población. ¿Qué quiero decir con esto? Que si, por ejemplo, la Ciudad de Buenos Aires, que es la que más tiene adultos mayores y la que más médicos tiene, ¿ustedes creen que recibe por eso una cantidad de dosis proporcionales a esa realidad? No. Como consecuencia de eso, en la Argentina hay menos población de riesgo vacunada a tiempo, porque no se está distinguiendo ese concepto. Recién lo pude chequear con el colega Pablo Sigal, de Clarín, que investigó varias veces esta cuestión y le insistieron que era la mejor forma para la distribución.

Yo hoy pienso, por ejemplo, que apenas hay 120 mil vacunas dadas a adultos mayores en la Ciudad de Buenos Aires, con la mayor población de adultos mayores y con la mayor cantidad de médicos, y la mayor cantidad de densidad demográfica y, la verdad, no puedo dejar de pensar en que, tal vez, hay consideraciones políticas. Y no puedo dejar de pensar en los adultos mayores, en los médicos, o en las personas de riesgo que podrían haber recibido la vacuna en vez de personas más jóvenes que, quizás, no las necesitaban. Y no solamente por un reparto por cuestiones demográficas, sino, y ustedes lo saben bien, por las vacunas que llegaron a esos que son más iguales que otros, a los VIP, a los privilegiados.

Hoy escuché a la ministra de Salud, que sigue sin responder todas las preguntas que quisiéramos, decir que al resto de la familia Duhalde se la vacunó para que no se perdieran las dosis, porque se decidió enviar a vacunar a un ex presidente. Se decidió, arbitrariamente. Uno ve en otras partes del mundo que los presidentes y ex presidentes esperan su turno, pero acá el descaro es bastante desembozado, y no lo digo por el caso Duhalde. Este fin de semana lo vi al Presidente dándole una nota a Horacio Verbitsky, que fue uno de los puntales de los vacunados VIP. Yo digo, ¿el Presidente no tiene ningún empacho en hacer eso? ¿Ya se le pasó la indignación por los privilegios que no deberían haber sido concebidos? ¿Exhibe esta especie de desapego a cualquier principio de piedad, por lo menos, por la consternación que eso generó entre la gente? Me lo pregunto, honestamente.

Pero hay más en este Boletín. Cuando hoy, el Ministerio de Salud afirma, digamos la verdad… primero, confirma que se enviaron dosis en un vuelo de Aerolíneas Argentinas con destino a Calafate. Lo confirma, porque la Justicia ya lo está investigando, denuncia de la diputada Graciela Ocaña. Lo confirma, y dice que, en realidad, eso fue prácticamente un trámite normal porque el hospital Posadas lo pidió. La verdad, a mí me gustaría saber a cuántos hospitales del país que pidieron envíos especiales, les realizaron el envío, porque, si la distribución se hace con una lógica, se entiende que no hay envíos especiales, ¿no? Me gustaría saber cuántos hospitales como el de Calafate llamaron y dijeron “che, me mandás, porque…”. La verdad, queremos saber si hay envíos especiales. Si hay envíos especiales entonces, ¿qué? ¿se guardan partidas que no se distribuyen? ¿Cómo es? La verdad, me gustaría la respuesta. Es más, tal vez no hay nada extraño, pero me gustaría tener la respuesta. ¿Cuántos hospitales del país llamaron a la señora Vizzotti y les mandaron vacunas? Desde el Posadas, que es el hospital bajo el cual tiene injerencia el Ministerio de Salud, porque está en su órbita. La verdad, me llama la atención, me gustaría saber, simplemente me gustaría saber.

Cristina Pérez hizo un duro editorial criticando las declaraciones del ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán Cristina Pérez hizo un duro editorial criticando las declaraciones del ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán

Dicho esto, porque ustedes saben que si hoy le dieran la vacuna a cualquier persona que la necesite por ser población de riesgo, estaría todavía a la intemperie 15, 25 días hasta generar anticuerpos. O sea, no es tarde, es re tarde. Ni el 10{688a8ce96c256f08401d8e2f5c8db48dc2792b622bdd2a5bb1e6509fa5d7b8e2} de la población tiene una dosis. Se me aparece en la cara la imagen de los pibes de La Cámpora con la V de la victoria, de VIP. De VIP.

Dicho esto, ¿escucharemos en estos días algún pedido más aireado por parte de la Ciudad de Buenos Aires para considerar su situación de emergencia? ¿Se pensará, por lo menos, en forma más creativa, permitiendo que las empresas que puedan vacunen a sus empleados, o que se genere la mayor gestión posible para que se consigan vacunas? Ojalá, como promete el Gobierno, se acelere la llegada de dosis, pero entendamos que si llegan a fines de abril, ya estamos en el horno, ya estamos en el horno.

Paso a otro tema, porque no es menor. En este fin de semana y en estas horas, la mayor parte de los editorialistas políticos se han dedicado a tratar de interpretar la psicología, la estrategia o la táctica de las apariciones de Cristina Fernández de Kirchner como si fuera la integrante de una superestructura que está por encima de las instituciones y que puede interferir de la manera que ella quiera en lo que parece ser el intento de gestión de este Gobierno, al que ella pertenece. A ver, acto uno, el Presidente de la Nación manifiesta que quiere acordar con el fondo; acto dos, el ministro de Economía, Martín Guzmán, va a los estados Unidos a sentarse para acordar con el Fondo; en el mismo interín, el Presidente de la Nación le dice al titular del Banco Mundial, David Malpass, que él quiere acordar con el Fondo; en el acto tres, aparece Cristina Fernández y dice “no podemos pagarle al Fondo”, aguando las fiestas de la negociación y contradiciendo las declaraciones en pos de un acuerdo del propio Presidente, que es su Presidente. Bueno, debería.

Acá viene la cuestión: cuando Cristina dice “no podemos pagarle al Fondo” y etcétera, no es una persona que no sabe el efecto de sus palabras, y al otro día pasó lo que hasta un chico de 5 años hubiera sabido que iba a pasar, que es que cayeron los bonos, cayeron las acciones, cayó todo. ¿Qué puede pensar uno que, sensatamente, un Presidente que hace dos días dijo que quería arreglar con el Fondo, diga? Que diga lo mismo, que de seguridad, que llame a la confianza. No. Sale el Presidente y dice “estoy de acuerdo con Cristina, tiene razón, no podemos pagarle al Fondo”. O nos toman por idiotas, o que nos cuente cuál es de la que están tomando. De verdad lo digo. Primero, porque no están hablando de sus vidas, están hablando de cuestiones que hacen a la vida de todos. Segundo, yo trataba de entender cuál era la lógica, les juro. Decía “por ahí esto es super sofisticado y yo me lo estoy perdiendo”, y mi sensación cuando el presidente es abiertamente, frontalmente contradecido por Cristina Fernández, y de golpe sale, como un caniche toy, a decir “no, no, no, no, sí, sí, yo, al final pienso como Cristina, Cristina tiene razón. Contradiciéndose a sí mismo. Yo pienso, ¿este hombre no se da cuenta que se está contradiciendo? ¿Cree que la gente es idiota o realmente piensa que puede tapar el sol con la mano? La verdad, es que llegué a la conclusión de que el Presidente, en este contexto en el que el propio espacio político al que pertenece le hace un afuera, como es incapaz de una construcción propia de poder, ante ese afuera, si el tuviera que hacerse cargo de que le hacen un afuera, de que lo dejan afuera, evidentemente no tendría cómo sustentarse a sí mismo, elige simular un adentro diciendo que, en realidad, él está de acuerdo porque, lo contrario, reafirmar su posición, validar sus ideas, pelear por su estrategia, solamente dejaría al descubierto otra grieta muy perniciosa que en este momento traba absolutamente cualquier atisbo de gestión en el actual Gobierno, que es la grieta del Frente de Todos.

Para graficarlo un poco, porque es una grieta que permea en todos los sectores de la administración -ministerios parcelados, gestiones que no se gestionan, un Poder Ejecutivo que no está en el Poder Ejecutivo -, la verdad, solamente se me ocurre una imagen: si uno mirara desde arriba, Argentina se ve como se veía ayer el canal de Suez, con un gran barco cargador de containers que está encallado ¿Saben cuál es la diferencia? que en la Argentina, en lugar de haber trabajos para desencallar el barco, están decididos a seguir bloqueando el canal. Un país donde el propio Gobierno lo bloquea todo, el problema es que no se afectan solo a ellos mismos, el problema es que estamos todos esperando para pasar, y ahora resulta que también la llegada anticipada de la segunda ola es por los cuidados de la gente. Por favor…

El texto pertenece al editorial de la periodista y conductora del programa Confesiones en la Noche (Radio Mitre), del lunes 29 de marzo de 2021.