Tanto en Necochea como en Monte Hermoso y San Bernardo yacen las obras a medio terminar que iban a ser destinadas para prevenir casos de COVID-19, que fueron prometidas por el gobernador de la provincia. En plena temporada y con los turistas veraneando, esta desidia estatal puede resultar clave en la propagación del virus.
Hace unos meses atrás era impensada la vuelta al turismo en todo el país. Sin embargo, los diferentes gobiernos tuvieron el tiempo necesario para organizar el calendario de verano en base a un protocolo para combatir el coronavirus y, obviamente, esto no sería posible sin la estructura sanitaria que ameritan las circunstancias pandémicas atípicas. En este sentido, el gobernador Axel Kicillof dispuso la creación de hospitales modulares en la costa atlántica, pero, como dice el refrán, a las palabras se las llevó el viento.
El hospital modular, sin terminar, de Necochea.
La postal de tres localidades populosas para los turistas, como son Necochea, Monte Hermoso y San Bernardo, refleja obras inconclusas con grúas trabajando a destiempo y materiales para la construcción abandonados.
El hospital modular, sin terminar, de Monte Hermoso.
Desde la oposición, la senadora provincial por Juntos por el Cambio, Flavia Delmonte, reprochó las falsas promesas del ex ministro de Economía de la Nación. “Con la salud no se juega, con la salud no se miente”, tituló la legisladora en un comunicado donde reflejó su preocupación por el desolador panorama sanitario que presentan los principales balnearios costeros de la provincia.
“Nuevamente la desidia del gobernador Axel Kicillof se hace presente, viejas promesas y nuevas mentiras. Estamos muy preocupados porque hace más de un mes que comenzó la temporada de verano y gracias a Dios hay muchos turistas que ingresan a las distintas ciudades balnearias, pero no vemos un estado presente, basta con observar el grado de abandono de los hospitales modulares anunciados con bombos y platillos que hoy no son más que un apilado de materiales”, agregó.
El hospital modular, sin terminar, de San Bernardo.
El hospital modular, sin terminar, de San Bernardo.
“Es enojo, pero fundamentalmente es angustia; este tema tendría que haber estado resuelto antes que llegue la gente, nos esforzamos muchísimo en proveer de herramientas para que todos los actores de la industria del turismo se preparen durante meses para recibir a los visitantes, cumpliendo sus protocolos y sus obligaciones y el gobierno provincial hace agua, dejando desamparados a todo el sector ante cualquier problema sanitario”, expresó Delmonte.
“Es peligroso, es indigno, es vergonzoso”, concluyó manifestando la impotencia que deben tener los bonaerenses al observar el estado de situación de los hospitales modulares de la costa atlántica. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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