el Ministerio de Salud anunció oficialmente que el número de fallecidos por Coronavirus superó los 40.000 y que hay más de 1 millón 460 mil infectados desde el comienzo de la pandemia.

 

 

El CONICET había advertido en el pasado que los 40.000 muertos estaban asegurados, y que vamos rumbo a los 100.000 para principios de 2021. Varios expertos en salud de la institución y de la Universidad de Buenos Aires escribieron una serie de recomendaciones que el Gobierno Nacional y provinciales deberían seguir para poder prevenir una catástrofe sanitaria.

 

El comunicado dice lo siguiente:

“Hemos atestiguado el fracaso en la prevención del coronavirus. Se han tomado medidas para evitar el desborde de hospitales (que han sido exitosas) y se está trabajando en una vacuna, pero de poco sirve solucionar problemas complejos si los más simples se ignoran.

 

El mayor aliado del virus del COVID-19 es la concentración de personas y la falta de limpieza. En otros países el contagio comenzó antes por causa de gente que llegaba del exterior portando la enfermedad, pero lograron un menor porcentaje de muertos e infectados por millón que Argentina porque sus gobiernos hicieron un énfasis en evitar concentraciones, cerrar determinados establecimientos y reforzar la higiene.

 

Argentina lamentablemente es uno de los pocos países del mundo donde existe una gran proporción de asentamientos (villas), comedores comunitarios y gente que trabaja tocando y recogiendo la basura sin ningún tipo de protección sanitaria (cartoneros).

 

Bajo la idea de la solidaridad, Argentina ha sacrificado la vida y la salud de muchos en favor de unos pocos. El Instituto Robert Koch de Alemania asevera que en los asentamientos el porcentaje de infectados cada 100 mil habitantes aumenta en promedio un 89{688a8ce96c256f08401d8e2f5c8db48dc2792b622bdd2a5bb1e6509fa5d7b8e2} frente al de las grandes ciudades como Berlín y Frankfurt, que es solo del 12{688a8ce96c256f08401d8e2f5c8db48dc2792b622bdd2a5bb1e6509fa5d7b8e2}.

 

La Universidad Johns Hopkins advirtió numerosas veces en contra de dejar abiertos establecimientos que combinen la alta circulación de personas y el bajo higiene. Los comedores comunitarios son la prueba de ello, donde solo en el distrito AMBA alrededor de 330.000 personas se infectaron por frecuentarlos, sean comensales o miembros del personal de los locales.

Por último, el oficio de cartonero, que solo existe en las provincias más infectadas de Argentina (Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires y Santa Fe), ha contribuido enormemente al contagio, pues es la única forma de trabajo en el país que combina tres factores: contacto directo con material infectado, poca o nula protección sanitaria y largas rutas, que a veces superan los 10 kilómetros de extensión. Estos tres factores convierten, objetivamente, a cada trabajador en un vector de la enfermedad.

Si el Pueblo Argentino quiere ahorrar o retrasar la llegada a los 100.000 fallecidos por COVID-19, debe exigirle a las autoridades que tomen decisiones respecto a las villas, comedores y cartoneros, mayores fuentes registradas de infección del virus en la República Argentina.”

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