“Alberto no se lo banca más, pero una renuncia en este momento sería inconveniente”, le dijo a Data Clave una altísima fuente con responsabilidades políticas dentro del Frente de Todos. Nada peor para cualquier ministro que el Presidente pierda la confianza que alguna vez pudo haber tenido a la hora de elegirlo. Y eso es precisamente lo que ocurre con Felipe Solá, titular de la Cancillería argentina desde que asumió el gobierno de los Fernández.
“Nunca fue santo de la devoción ni de Alberto, ni de Cristina y siempre quedó claro que Felipe había armado su gabinete con gente que le respondía a él. pero la línea histórica de la diplomacia no le responde” agregó el informante. Claramente el malestar con el jefe del Palacio San Martín no es nuevo.
Pero el grave error cometido anteayer cuando, al ser requerido periodísticamente sobre los contenidos de la conversación entre Fernández y el presidente electo estadounidense Joe Biden, fabuló al mejor estilo de Esopo o de Perrault, colocando al país en una innecesaria tensión diplomática con el Fondo Monetario Internacional justo en el medio de una negociación clave, terminaron por convencer al Ejecutivo de la necesidad de buscar un reemplazante en el corto plazo.
“En las relaciones diplomáticas es esencial la confianza y cuando se pierde, es muy difícil de recuperar, el invento de Solá no solo es un error que lo afecta personalmente a él, sino que deteriora el vínculo con un país esencial y con el principal organismo multilateral de crédito a nivel mundial, cuando ocurren cosas como estas, se llega a un punto de no retorno”, describió un ex diplomático que trabajó en la gestión de Néstor Kirchner.
Pero tampoco es fácil efectuar el recambio en un lugar tan estratégico del gabinete sin provocar una crisis política, por lo que la evaluación hasta ayer -según explicaron los funcionarios consultados por Data Clave- era dar por superado el incidente sin adoptar ninguna decisión drástica de momento y aguardar el momento oportuno para proceder. Así se lo dejó claro al canciller, Santiago Cafiero quien, ante la insistencia de Solá finalmente lo atendió en el crepúsculo del miércoles. “Basta de excusas y explicaciones, ponete a laburar que hay mucho por hacer y tratá de cerrar la boca por un tiempo”, le dijo el Jefe de Gabinete antes de cortarle el teléfono.
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