Ayer los médicos forenses entregaron la autopsia de 34 páginas a las partes involucradas tanto en la defensa como en la querella por el asesinato del ex secretario presidencial, Fabián Gutiérrez, en El calafate a principio de mes.
Oficialmente, por si a alguien le quedaban dudas la saña puesta por los atacantes, quedó expresado el brutal mecanismo de agresión y tortura a la que fue sometida la víctima, sin que hasta el momento se hayan revelado los motivos de tan salvaje ataque, propio de la acción del mundo mafioso y del narcomundo, cuando se trata de extraer de una víctima algún tipo de información o se lo mata con odio por circunstancias propias de la falta de lealtad, haber roto la Omertá o haberse quedado con algún “vuelto” o “mejicaneado al grupo”, como técnicamente se le dice entre las bandas a quienes roban a los ladrones.
Si bien nadie dice ni sabe aún el objetivo del crimen, las fuentes propias consultadas tras conocer los detalles exactos de las lesiones, la forma y el trauma previo a la muerte que le causaron a Fabián, hablan de “desesperación e insistencia en la obtención de alguna información relevante” y van más allá y encuentran existencia de “sesgos de odio”.
Básicamente se confirmó todo lo que sabíamos previamente por trascendidos: la causa principal de muerte fue el extrangulamiento (Anoxia encefálica) y de acuerdo a los datos portados hoy por el diario La Opinión Austral que alude al acceso a todo el documento, revela que la tortura implicó “Lesiones hemorrágicas subunguales, que no causan la muerte, pero sí el amedrentamiento o dolor en el sometido”, pericia la cual agrega que “los dedos fueron reventados” al mismo tiempo que con un objeto romo golpearon de manera contundente y brutal al hombre, al cual quedó indefenso y sangrando, expresando al respecto “La contundencia de ese trauma va asociada al déficit neurológico”.
La saña y la alevosía del crimen no les va a ser fácil “explicarla” a los autores, en tanto el informe sostiene que “le provocaron fractura en el tórax y lesiones simultáneas en el cráneo y abdomen asociada a maniobras de restricción: hubo maniobras de sujeción y sofocación”, provocándole a su vez “cortes en el cuello y un corte profundo debajo de la rodilla, la fractura de su nariz y su rostro desfigurado”.
Los estudios de tomografía arrojaron “fractura de pared medial” (separa el oído medio del interno), describe “maniobras de compresión antebraquial o similar con compresión sobre la región de la boca de la víctima”, “lesiones punzo cortantes” en la zona del cuello consideradas “vitales”, “Lesiones en la región temporal-izquierdo” y “La multiplicidad del complejo lesional del cráneo, abona a favor del ataque de la víctima por más de un victimario”, describe la autopsia. También se describen múltiples patadas en todo el cuerpo, el torax, los antebrazos, la cabeza, pisotones en las manos, destrucción de los dedos y un sinnúmero de detalles escabrosos que sacan a este caso del contexto de un robo común o una extorsión por dinero.
La extensión de los detalles hacen innecesaria la transcripción de los mismos en esta nota, pero queda claro que loa atacantes de Fabián Gutiérrez nunca actuaron por “despecho” o cuestiones “pasionales” como desde algunos medios se trató de instalar, sino que existió una planificación previa, la elección del ex secretario como objetivo de algún tipo de extorsión o el ataque premeditado en la búsqueda de información, sin descartar, claro está, la posibilidad de una muerte por encargo previo a un sufrimiento intenso, que pone a éste crimen entre los más bestiales de que se tengan recuerdos en Santa Cruz en épocas de la democracia. (Agencia OPI Santa Cruz)
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