El presidente mantuvo una teleconferencia con los jefes legislativos. Recriminó el comunicado por la muerte del ex secretario de Cristina.

Alberto Fernández reprochó a los legisladores de Cambiemos haber promovido el banderazo del 9 de julio y los responsabilizó de posibles contagios de coronavirus por las aglomeraciones. Además, les recriminó haber involucrado a Cristina Kirchner con el crimen de su ex secretario Fabián Gutiérrez.

“Tienen mil formas de protestar, no hace falta exponer a nuestro pueblo. Cada marcha hizo que suban los casos”, se quejó el presidente, en una teleconferencia que mantuvo con las autoridades del principal frente opositor de ambas Cámaras.

El diálogo era para presentar la ley de moratoria y de ampliación presupuestaria,  la nueva oferta a los bonistas con legislación local y la agenda postpandemia. Pero sedse sumaron debates por los últimos cruces y el reparto de fondos a las provincias.

Como anticipó LPO, Cambiemos logró ampliar la convocatoria inicial, que estaba restringida a diputados de la oposición porque había sido coordinada por Sergio Massa. Alberto aceptó  escuchar primero al frente más grande entre los rivales y que recién después se conecten los partidos provinciales y otros bloques más chicos

“Todos estamos acá porque nos eligieron. No me parece que haya sido una buena actitud”, fijó su posición el diputado mendocino José Luis Ramón, durante el segundo zoom, el de las fuerzas pequeñas. El primero empezó a las 17.30 con radicales, el PRO y sin la Coalición Cívica, que se negó a participar.

“Es parte del funcionamiento plural y democrático cuya esencia reivindicamos en Juntos por el Cambio y que expresa su propia fortaleza, y es en nombre de nuestra propia historia política/parlamentaria”, se limitó a explicar su jefe de los lilitos Maximiliano Ferraro.

Tras una recepción de Massa, los senadores reprocharon la imposibilidad de acordar temarios con Cristina Kirchner, que no quiso participar. “Esta tensión social necesita recuperar los espacios de confianza, reconstruir el diálogo y articular proyectos de manera conjunta, a pesar de las diferencias. La crisis requiere de mucho sentido común”, planteó el radical Luis Naidenoff, jefe de Cambiemos en esa Cámara.

“No se puede confiar si alguien muere y en un momento se convierte en una victima de mi vicepresidente. Es difícil construir confianza desde allí. Y una mañana me levanto y me atribuyen estas cosas. Se construye sin hipocresías y honestamente”.

El economista Martín Lousteau coincidió con que la pandemia dejará mayor cantidad de pobres y, por lo tanto, consideró, “se debe discutir cómo gastar mejor en el Estado”. Los diputados, artífices de convertir una invitación a sus despachos en un encuentro bipartidario, fueron más medidos. “Asumimos los errores y queremos que el gobierno asuma los propios”, exigió Cristian Ritondo, del PRO.

Pidió la visita del jefe de Gabinete y consiguió un compromiso para que exponga en la Cámara baja el 30 de julio. Mario Negri, de la UCR, le agradeció los llamados personales a Alberto (también telefonea seguido a Lousteau) y sostuvo que el funcionamiento de las instituciones es que abra el recinto y la justicia, pero no que haya un acuerdo en todo.

Máximo Kirchner, presente junto a Massa y el presidente en Olivos, le recriminó a Negri haberlo acusado de buscar una competencia con sus pares. “Es un buen ejercicio era pensar antes de hablar”.

El jefe del bloque oficialista aprovechó el foro para aclarar que el gobernador Axel Kicillof aseguró que investigará la desaparición del joven Facundo Castro. “No se va a encubrir a nadie. Se va a investigar. Quizá es un buen momento para debatir una ley de violencia institucional”.

Destacó, además, que es la tercera vez que Alberto recibe a todos los jefes de bloque, aun cuando Mauricio Macri nunca quiso hablar con el Frente para la Victoria. Lo respaldó José Mayans, el jefe de los senadores. “Yo tengo mucho dialogo. No me sorprende esto. A mayor justicia social, mayor paz social. Sería triste que digan que se vayan todos”.

El radical Alfredo Cornejo, que además de diputado es presidente de la UCR, abandonó su postura beligerante de la semana pasada, cuando lideró el documento sobre la muerte del ex secretario de Cristina Kirchner, y pidió “grandes acuerdos económicos”.

Ni bien tomó la palabra, Alberto no se la dejó pasar. “No se puede confiar si alguien muere y en un momento se convierte en una victima de mi vicepresidente. Es difícil construir confianza desde allí. Y una mañana me levanto y me atribuyen estas cosas.  Se construye sin hipocresías y honestamente. Me dolió vivir eso esa semana. Respetémonos. En política no todo vale. Somos seres humanos. Quiero recuperar la confianza. Nunca pase yo esos limites”.

Y siguió con los reproches por las marchas convocadas por la oposición en plena pandemia  y las medidas que tomó para paliar la recesión, como el congelamiento de tarifas, la suspensión de los despidos, el ingreso familiar de emergencia (IFE), el pago del 50{688a8ce96c256f08401d8e2f5c8db48dc2792b622bdd2a5bb1e6509fa5d7b8e2} de los salarios (ATP).

“Nunca el Estado estuvo tan presente. Mantuvimos la asignación universal, hicimos la tarjeta alimentar. Fuimos ecuánimes en los que mantuvimos. Fuimos federales. Dimos 120.000 millones a las provincias. No las dejamos solas”. Cornejo le pidió precisiones por la distribución de esos fondos en las provincias y le respondió, similar al jefe de Gabinete en el su visita reciente al Congreso.

“Recibió 16.000 millones de pesos. Queremos que Mendoza no se vaya”, lo chicaneó por su idea de separar a la provincia del país. “Muchos cantamos el himno con alegría y nos da vergüenza lo que dijo”, le disparó una hora después su coterráneo Ramón.

Alberto destacó sus diálogos con Horacio Rodríguez Larreta y el radical Gerardo Morales, reconoció el apoyo que recibió para negociar la deuda con los bonistas y anticipó su plan de leyes para el día después de la pandemia. “Nunca intervine en el parlamento y nunca intervine en la justicia. Tenemos que ser cuidadosos con las palabras. Necesitamos argentinos vivos, que el debate político no nos lleve a decir que hay abusos contra la libertad individual”.

Entre los bloques chicos y partidos provinciales hubo muchos pedidos de asistencia como el del senador Alberto Weretinleck, de Río Negro, quien pidió aprobar cuanto una asistencia al sector turístico que empezó a debatirse en Diputados. “Creo que debemos replantear la situación que vamos a vivir con el turismo con quiebra de empresas, pérdida de puestos de trabajo y mucho más”.

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