El Gobierno diseña un esquema de cuarentenas escalonadas al menos hasta agosto para enfrentar la pandemia del coronavirus, según anticiparon a LPO en el Ejecutivo.
El equipo de expertos que trabaja junto al ministro de Salud, Ginés González García, le recomienda a Alberto Fernández que más allá de la flexibilización de algunas actividades siga extendiendo el aislamiento social obligatorio para el grueso de la población al menos hasta el último mes del invierno.
En el Ejecutivo estudian cómo aplicar las aperturas graduales por sectores o zonas sin que relaje la sociedad pero atendiendo al mismo tiempo a la necesidad de reactivar la economía. Sin embargo admiten que la “normalidad” no llegará antes de agosto, que para colmo es el mes con más casos de gripe en Argentina. Los adultos mayores siguen siendo la principal preocupación y por eso en el Gobierno siguen con atención la disposición que tomó Horacio Rodríguez Larreta, que impuso un permiso especial para circular por la Ciudad a los mayores de 70.
En el Gobierno estiman que si sigue la cuarentena, al pico de contagios se llegará a mediados de junio, mientras que si se levanta, será a mediados de mayo. El objeto de postergar el pico es evitar el colapso del sistema de salud y del número de camas y de unidades de terapia intensiva de las que dispone el país para atender los casos más graves del virus.
Según la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), la Argentina cuenta con unas 950 unidades de terapia intensiva y las camas disponibles en total son alrededor de 160 mil. Según explicó el propio Ginés en el inicio de la cuarentena, el sistema de salud de Argentina está preparado para sobrellevar un total de 250 mil infectados.
Sin una vacuna a la vista, la cuarentena es el único método pasar el invierno sin que colapse el sistema, mientras se inmuniza una parte de los infectados. Pese a que en el Gobierno escapan a hablar de la “inmunización de rebaño”, este viernes informaron que ya fueron dados de alta 666 de las 2669 personas contagiadas.
En el Ejecutivo explican que con una cuarentena escalonada se evita la disparada de casos, lo que distinguen del “pico”. De este modo, cuando se flexibiliza el aislamiento crecen los contagios sin que colapse el sistema de atención y se puedan seguir detectando y aislando a los infectados.
Esta semana, en su última Actualización de Estrategia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó el sistema escalonado para levantar la cuarentena.
“Para reducir el riesgo de nuevos brotes, las medidas deberían levantarse de forma gradual y escalonada, basándose en una evaluación de los riesgos epidemiológicos y los beneficios socioeconómicos del levantamiento de las restricciones en los diferentes lugares de trabajo, instituciones educativas y actividades sociales”, dijo la OMS.
“Lo ideal sería que hubiera un mínimo de 2 semanas entre cada fase de la transición, para dar tiempo suficiente a comprender el riesgo de nuevos brotes y responder adecuadamente”, indicó el organismo dependiente de la ONU.