Las cataratas del Iguazú presentan estos días una imagen muy poco habitual. La sequía que afecta a esa zona en los últimos meses, unida al cierre de las presas ubicadas en el lado brasileño, han provocado que el caudal de agua que baja por el río Iguazú sea mínimo.
“Estamos atravesando una sequía histórica, el caudal está en 289 metros cúbicos por segundo, cuando lo normal suele ser 1500”, afirmó el director del Parque Nacional Iguazú, Sergio Acosta, al medio Misiones Online. “La anterior vez que se dio algo así fue en 2006”, agregó.
Como todos los parques nacionales argentinos, las cataratas, situadas en la frontera entre Brasil y Argentina y uno de los principales atractivos turísticos de Latinoamérica, están cerradas al público desde el 15 de marzo como consecuencia de la cuarentena por el coronavirus
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