La izquierda no puede creer el golpe de Musk y Donald Trump

Tan solo un día después de que Elon Musk comprara Twitter, múltiples organizaciones de “derechos humanos” anunciaron que denunciarán al magnate estadounidense por querer imponer la libertad de expresión absoluta en la plataforma, lo cual según ellos “habilita discursos de odio“.

Musk, quien también es CEO del fabricante de autos eléctricos Tesla y de la empresa aeroespacial SpaceX, se ha descrito a sí mismo como un “absolutista de la libertad de expresión” y ha criticado las políticas de Twitter de moderar el contenido en la plataforma con un fuerte sesgo progresista. 

Ha dicho que Twitter necesita convertirse en un foro genuino para la libertad de expresión. En un comunicado después de asegurar el acuerdo el lunes, Musk describió la libertad de expresión como “la base de una democracia que funcione”.

La organización Amnistía Internacional es la que lidera estos ataques, y dijo que estaba preocupada por cualquier posible decisión que Twitter pueda tomar después de la toma de posesión de Musk para “erosionar la aplicación de las políticas y mecanismos diseñados para moderar el discurso de odio online“.

Lo último que necesitamos es un Twitter que deliberadamente haga la vista gorda ante el discurso violento y abusivo contra los usuarios, en particular contra los más desproporcionadamente afectados, incluidas las mujeres, las personas no binarias y otros“, dijo Michael Kleinman, director de tecnología en Amnistía Internacional USA.

Por su parte, Deborah Brown, investigadora de derechos digitales en Human Rights Watch, también dijo que se unirían a la denuncia. “Independientemente de quién sea el propietario de Twitter, la empresa tiene responsabilidades de derechos humanos para respetar los derechos de las personas de todo el mundo que confían en la plataforma. Los cambios en sus políticas, funciones y algoritmos, grandes y pequeños, pueden tener impactos desproporcionados y, en ocasiones, devastadores, incluida la violencia fuera de línea”, dijo a Reuters en un correo electrónico.

Incluso la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), que ha sido financiada por Elon Musk en el pasado, dejó entrever que podría sumarse.

Si bien Elon Musk es un miembro titular de la ACLU y uno de nuestros partidarios más importantes, existe un gran peligro de tener tanto poder en manos de cualquier individuo”, dijo Anthony Romero, director ejecutivo de organización.

La ACLU alguna vez fue la organización sin fines de lucro que más hizo por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos, pero en los últimos 20 años, ha degenerado en una asociación militante de la extrema izquierda, litigando para sacar de la prisión a terroristas de Antifa y Black Lives Matter, pidiendo que se prohíba la mención de la Biblia en las escuelas y haciendo lobby en favor del Partido Demócrata.

Hoy ya ni se preocupa por ocultar su sesgo a la izquierda, y la organización enumera en su propia página web como sus principales objetivos promover la discriminación afirmativa, el aborto, conseguir fondos para candidatos demócratasabolir la pena de muertereducir las penas para criminales negros, evitar que las personas deban informar que tienen SIDA antes de las relaciones sexuales y lograr que todo el país tenga voto por correo. Por lo que no sorprende que se quieran sumar a la batalla contra la libertad de expresión en las redes sociales.