Luego de que culminara su gestión al frente del ministerio de Transporte de la Nación de la mano de Cristina Fernández de KirchnerFlorencio Randazzo decidió pasar a trabajar como proveedor del estado. A pesar de mantenerse en un delicado ostracismo político, que fue señalado como estratégico luego de que su presencia le restara los puntos necesarios al Frente de Todos para alzarse con un triunfo en las elecciones, Randazzo se mantuvo activo en la actividad privada.

El ex ministro, que actualmente reside en una elegante vivienda en la localidad de Gonnet, una de las zonas acomodadas de la ciudad de La Plata, se transformó rápidamente en el director titular de una proveedora del estado llamada GMS SA, que sólo en los últimos meses ganó contrataciones directas por un total de 83 millones de pesos. Al parecer, su amistad con Alberto Fernández y el posible pacto de silencio luego de su retirada política comenzaron a rendir frutos.

Insólitamente, el propio Randazzo mientras era ministro de Transporte contrató en numerosas oportunidades a la empresa GMS, en un grueso conflicto de intereses. En el 2014, por ejemplo, le otorgó dos contrataciones directas por más de 225 millones de pesos. Luego del triunfo de Cambiemos, el gobierno macrista le devolvió con creces los favores electorales. Sólo en el 2017, cuando el propio Alberto Fernández era su jefe de campaña, la empresa GMS recibió nuevas contrataciones directas por más de 2 millones de dólares.

Sin embargo, y a pesar de las gigantescas ganancias de su compañía, la empresa de Randazzo acumula unos ocho juicios ejecutivos por parte de la AFIP. La mayoría de ellos, en la secretaría de Ejecuciones Fiscales en el juzgado en los Civil, Comercial y Contable Administrativo Federal Nro. 4 de la ciudad de La Plata.

Por alguna razón que aún permanece desconocida, sólo uno de los juicios se encuentran en despacho. Los otros siete restantes figuran como paralizados. Todo parece indicar que las maniobras electorales y los favores políticos van de la mano