Finalmente, 24 escuelas de la Ciudad de Buenos Aires fueron habilitadas para abrir sus puertas y recibir a alrededor de 60 mil personas. No son alumnos. Quienes tendrán la posibilidad de ingresar a los colegios porteños son ciudadanos bolivianos que viven en la Argentina y que el próximo domingo 18 de octubre tendrán la posibilidad de participar de las elecciones generales que se realizarán en su país.

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Salud, Ginés González García, autorizaron la realización de los comicios bolivianos en escuelas porteñas a través de una decisión administrativa que aprobó un protocolo especial de medidas sanitarias frente a la pandemia de coronavirus que afecta a la Argentina y al mundo.

El reglamento, publicado en el Boletín Oficial, no sólo dispone la implementación de condiciones de higiene y salubridad, sino que también habilita el ingreso y el egreso del país de las personas que trabajarán en los comicios y de observadores internacionales, algo de carácter excepcional en virtud de las restricciones que rigen en las fronteras argentinas por la cuarentena que se inició el 20 de marzo y que en pocos días cumplirá 200 días.

A tal fin, las personas abocadas a la organización de la votación y los bolivianos que vayan a las escuelas a sufragar deberán tramitar un certificado de circulación y escoger la opción “voto exterior”, que será habilitada en los próximos días por la Secretaría de Innovación Pública de la Jefatura de Gabinete de la Nación en este link.

Luis Arce, candidato del MAS, el partido del ex presidente Evo Morales, que reside en la Argentina en condición de refugiado, y Carlos Mesa –Comunidad Ciudadana– son los principales candidatos. La actual presidente interina, Jeanine Áñez, se bajó de la carrera para no dividir el voto opositor.

Evo Morales vive en la Argentina. Fue aceptado como refugiado político por el presidente Alberto FernándezEvo Morales vive en la Argentina. Fue aceptado como refugiado político por el presidente Alberto Fernández

El gobierno porteño anticipó que colaborará con la organización de los comicios y no pondrá impedimentos para abrir las escuelas públicas. En un principio, se solicitó la apertura de 24 establecimientos educativos aunque en CABA analizan que finalmente se destinen más colegios a las elecciones bolivianas: quieren evitar filas y aglomeración de personas en momentos donde el distanciamiento social es fundamental para evitar la propagación del coronavirus. Calculan que podrían movilizarse alrededor de 60 mil personas.

Sin embargo, el tema no dejó de generar cierta sorpresa en el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires en momentos en que se encuentran en negociaciones con el Poder Ejecutivo de la Nación para el regreso presencial a las aulas de algunos alumnos. “Es llamativo que ahora autoricen a movilizar 60 mil personas en un solo día cuando nosotros todavía no logramos un acuerdo para abrir las escuelas para 6.500 chicos que perdieron todo tipo de contacto con el sistema educativo”, señalan.

La administración de Rodríguez Larreta presentó tres propuestas de apertura escolar. Primero quiso habilitar espacios digitales en las escuelas para los 6.500 chicos que identificó como aquellos que perdieron vínculo con sus docentes. Ante el rechazo de Nación, presentaron un segundo protocolo que contemplaba actividades escolares también para quinto año y primer grado al aire libre, en plazas y calles. Después de discutir con las autoridades nacionales, lo ajustaron y plantearon la vuelta de solo los 6.500 alumnos en los patios de las escuelas desde el próximo lunes.

Si bien aún no hubo una respuesta directa al tercer protocolo, en la Ciudad de Buenos Aires tomaron la definición del martes del ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, como un nuevo revés a su intención de reanudar la actividad presencial.

Trotta presentó el martes una serie de indicadores que las grandes ciudades, aquellas de más de 500 mil habitantes, deben cumplir para iniciar el regreso a las aulas. Se trata del modelo que utiliza el CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos) que cada jurisdicción deberá ajustar a su realidad.

El esquema mide la capacidad de cada distrito de contener un brote. Monitorea el nivel de transmisión comunitaria, la cantidad de casos diarios de acuerdo a la población, si la infraestructura escolar está en condiciones de aplicar los protocolos de higiene y distanciamiento y la disponibilidad de camas, tanto de terapia intensiva como para casos leves y moderados. De ese entrecruce de variables surge si el riesgo es bajo, medio o alto. La Ciudad está trabajando en su adaptación.

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