La entidad ruralista destacó la medida del gobierno de Javier Milei como una señal alentadora para la producción.
La Sociedad Rural de Río Cuarto celebró con entusiasmo la decisión del Gobierno nacional de reducir las retenciones a los granos. En un comunicado oficial, la entidad calificó la medida como una “señal alentadora” para todo el sector productivo del interior. Destacaron que se avanza firmemente en desmantelar la agobiante presión tributaria que se construyó durante las últimas décadas.
La dirigencia valoró especialmente que la baja de impuestos se concrete tras el cierre del calendario electoral y no en campaña. Resaltaron que el cumplimiento de la promesa no buscó un rédito en las urnas, diferenciándose de la vieja política. Esta acción confirma un rumbo económico que prioriza la libertad de mercado y el respeto a la propiedad privada.
El documento subraya que la reducción de los derechos de exportación es una decisión “siempre oportuna y necesaria” para el agro. Buscan devolver competitividad a un sector innovador que se encontraba “acorralado en el estancamiento” por la asfixia fiscal. La medida es vista como un paso clave para liberar las fuerzas productivas y fomentar la inversión privada genuina.
Un paso firme hacia la libertad comercial
Aunque celebraron el anuncio como “otra decisión en el sentido correcto”, la entidad advirtió que aún queda recorrido por delante. El objetivo final e irrenunciable debe ser la eliminación completa de las retenciones para terminar con todas las distorsiones. Consideran que la agenda de desregulación es el único camino posible para potenciar el talento de los productores.
Heraldo Moyetta, titular de la institución, ratificó el apoyo al rumbo económico y fiscal trazado por el presidente Javier Milei. La Rural de Río Cuarto mantiene una sintonía fina con el proyecto nacional que defiende al sector que genera divisas. El dirigente busca consolidar una agenda que permita al campo desplegar todo su potencial sin el pie del Estado encima.
La quita de trabas impositivas permitirá alentar nuevas inversiones y romper definitivamente con el estancamiento del sector. Desde el campo confían en que este alivio fiscal sea el preludio de una normalización definitiva del comercio exterior. Es el reconocimiento a un motor productivo que necesita reglas claras para seguir traccionando la economía del país.
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