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Preocupación por el desmanelamiento de la UPA 6 de Los Hornos

Trabajadores de la UPA 6 de Los Hornos denunciaron corrupción, amenazas, malversación de fondos, abandono edilicio y el desmantelamiento de áreas críticas que, advierten, pone en riesgo el funcionamiento de la guardia y la atención sanitaria de toda la comunidad.

Trabajadores de la Unidad de Pronta Atención (UPA) Nro. 6, dependiente del ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires que conduce Nicolás Kreplak, denunciaron una serie de irregularidades graves que comprometen el funcionamiento institucional, la transparencia administrativa y la atención sanitaria que reciben miles de vecinos de Los Hornos. Ante meses de intentos fallidos de diálogo interno y un clima creciente de temor por posibles represalias, el personal decidió hacer públicos los hechos.

Concurso de jefatura: Demoras, direccionamiento y falta total de transparencia

El proceso para cubrir la jefatura de servicio estuvo paralizado durante más de un año, pese a que el cargo se encontraba ocupado de manera provisoria e irregular por Eva Mercado, quien —según señalan— no cumplía con la experiencia requerida ni había atravesado concurso alguno.

Cuando finalmente se abrió el concurso, el procedimiento presentó irregularidades significativas: un temario ajeno al funcionamiento real de la UPA 6 – Los Hornos; exclusión de profesionales de la institución en la conformación del jurado, especialmente médicos; eliminación de enfermeros de la ley 10.471 del padrón de votantes; percepción de direccionamiento político hacia una candidata externa sin experiencia en la unidad; y miembros de la dirección anticipando públicamente cuál debía ser el resultado antes de que el concurso ocurriera.

El personal describe un clima de miedo, incertidumbre y pérdida total de confianza en un proceso que debería ser transparente y competitivo.

Amenazas, hostigamiento y un clima laboral insostenible

Según los trabajadores, en una reunión solicitada para pedir explicaciones, la dirección —encabezada por el doctor Guillermo Ramos— habría respondido con amenazas explícitas: sanciones y sumarios para quienes firmaron notas internas; acusaciones de “asamblea ilegal” ante simples manifestaciones de preocupación; amenazas de “hacer parir” a empleados; y advertencias sobre cortes de comisiones, becas y “ir por las cabezas”.

Según el personal, estas acciones configuran un hostigamiento directo que busca acallar reclamos legítimos y genera un ambiente nocivo para la salud psicosocial del equipo.

Fondos, personal y recursos: denuncian uso irregular y falta de controles

Las acusaciones sobre la administración interna son múltiples:

– Personal que no cumple horarios sin informes ni explicaciones.

– Personas cobrando un salario pese a no presentarse a trabajar desde hace años.

– Manejo opaco de fondos destinados a reemplazos de guardia, recientemente reasignados sin justificación.

– Falta de transparencia en el uso de fondos IRAB.

– Utilización de tareas de mantenimiento y recursos fuera de la unidad, mientras la UPA permanece sin reparaciones mínimas.

De acuerdo con el documento difundido por el cuerpo de trabajadores, estas prácticas afectan de manera directa la calidad de atención y el funcionamiento del sistema.

Edificio en riesgo

El estado edilicio presenta fallas peligrosas, entre las que se destaca: la oficina de dirección funciona dentro del tablero eléctrico; depósitos improvisados con estructuras inestables y riesgosas; un depósito externo —ubicado dentro del hospital San Juan de Dios— sin luz ni agua y con riesgo de derrumbe; eliminación del comedor y del vestuario masculino; pisos rotos, falta de aires acondicionados, goteras y deterioro general; desmantelamiento del baño para personas con discapacidad para suplantarlo por un espacio de prácticas de enfermería con olor nauseabundo; consultorios con filtraciones los días de lluvia;  y sectores sin aire ni ventilación.

La integridad física de trabajadores y pacientes se encuentra comprometida, advierten.

Desarmado de áreas críticas y uso indebido de espacios asistenciales

El desmantelamiento de áreas críticas se transformó en uno de los signos más preocupantes dentro de la UPA 6. La sala de observación de adultos fue desarmada por completo y, como consecuencia, los pacientes adultos y pediátricos quedaron obligados a compartir un mismo espacio, una situación que el personal considera riesgosa e impropia para una atención segura. A esto se suma que parte del equipamiento crítico perteneciente a esa sala no fue rendido ni se informó oficialmente dónde se encuentra, lo que alimenta aún más las sospechas sobre el manejo interno de la unidad.

El lugar que antes funcionaba como sector de observación fue reconvertido para usos totalmente ajenos a una unidad crítica: allí se alojan pacientes de salud mental o personas en situación de calle, se realizan actividades de kinesiología, reuniones internas, prácticas ginecológicas e incluso funciona un horno de esterilización sin ventilación adecuada. Para los trabajadores, esta reconfiguración improvisada reduce la capacidad de respuesta de la UPA y coloca en riesgo a los pacientes que dependen del servicio de emergencias.

En este contexto, crece el temor a un vaciamiento progresivoLos empleados sostienen que existe una intención deliberada de orientar la institución exclusivamente a tareas territoriales, desarmando de manera paulatina la guardia, la atención de emergencias y la internación breve. De concretarse, la comunidad de Los Hornos —que durante años luchó por la creación de esta UPA a través de la Asamblea 100 mil Hornenses por un Hospital Público— quedaría sin una respuesta sanitaria indispensable. “El esfuerzo de décadas hoy está en peligro”, advierten.

Ante este escenario, los trabajadores exigen respuestas inmediatas al ministro Nicolás KreplakReclaman transparencia total en el concurso de jefatura, el fin del hostigamiento y de las amenazas internas, una auditoría urgente sobre el manejo de recursos, fondos y personal, una evaluación edilicia integral que permita reparar los riesgos detectados y la restitución completa de la estructura asistencial original, incluida la sala de observación y su equipamiento crítico. También solicitan la apertura de una mesa de diálogo formal con autoridades provinciales y representantes del plantel.

Según remarcan, no buscan conflicto sino que la salud pública sea respetada. Y advierten que la comunidad de Los Hornos merece una UPA segura, transparente y plenamente funcional.

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