Aseguró que el país tiene condiciones inéditas para atraer inversión extranjera.
En un evento organizado por Corporación América, Javier Milei volvió a marcar el tono político y económico que definirá la segunda etapa de su gobierno. A dos años del histórico ballotage que lo convirtió en el primer presidente liberal libertario del mundo, reivindicó el camino recorrido y delineó la hoja de ruta que buscará profundizar durante los próximos meses.
Recordó que en diciembre de 2023 recibió “un país al borde del precipicio”, y que el objetivo inicial fue estabilizar la macroeconomía para evitar un estallido mayor. “Dedicamos los primeros dos años a resolver los problemas macro y a sacar de terapia intensiva al país”, afirmó. Ese diagnóstico, duro pero realista, sirvió de antesala para anunciar que la administración entrará ahora en la fase de crecimiento sostenido.
Milei remarcó que las elecciones del 26 de octubre fueron un punto de inflexiónEl resultado fue 41 a 24, y 41 a 21 se llama primera vueltala misma popularidad que al comenzar el gobierno, pero con el triple de poder legislativo
El Presidente insistió en que la clave del avance será mantener la disciplina fiscal. A diferencia de la política tradicional, destacó que su gobierno no cedió ante la tentación del gasto electoral. “Por primera vez el pueblo argentino decidió acompañar la disciplina, no cayó ante el soborno de la política”, dijo. Y reiteró un principio simple: “No hay que inventar nada, hay que hacer lo que dicen los libros de texto”.
En esa línea, Milei aseguró que Argentina está en condiciones de crecer entre el 7 y el 10% anual si se sostiene la línea de trabajo. También adelantó que buscará aprobar el Presupuesto 2026 y avanzar con la reforma tributaria y la reforma laboral, dos pilares para volver competitivo al país. Mencionó que se eliminaron aproximadamente 10.000 regulaciones, aunque queda mucho para hacer “para que se den una idea, todavía quedan 600.000 decretos. Lo bueno es que los decretos los puedo eliminar yo“.
El mandatario también subrayó la necesidad de atraer inversión extranjera y confirmó que, por primera vez en décadas, existen incentivos concretos para que el capital global mire hacia la Argentina. “Todos nos beneficiamos de un país más productivo”, sostuvo, y aseguró que el país está encaminado a convertirse “en el más libre del mundo y en un faro mundial”.
Finalmente, reivindicó la batalla cultural como condición indispensable para evitar retrocesos. “El germen del socialismo siempre está ahí”, advirtió. Según Milei, la Argentina atraviesa hoy “un ciclo virtuoso donde crecimiento y batalla cultural se retroalimentan”, sin embargo, aseguró que no hay margen para relajarse: “No podemos ni vamos a bajar los brazos”.
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