El retiro de los buques deja un vacío que podría consolidar el rol de Ushuaia como centro de operaciones científicas
El mapa logístico del acceso a la Antártida atraviesa una transformación significativa tras la decisión de Estados Unidos de retirar sus buques científicos del puerto de Punta Arenas, Chile.
La medida, motivada por ajustes presupuestarios, no solo redefine las rutas de apoyo a la investigación polar, sino que abre un nuevo horizonte de posibilidades para la Argentina, particularmente para Ushuaia, que busca consolidarse como el principal punto de conexión hacia el continente blanco.
Durante más de treinta años, los buques de la National Science Foundation (NSF), el Nathaniel B. Palmer y el Laurence M. Gould, tuvieron su base de operaciones en la Región de Magallanes, desde donde partieron decenas de misiones científicas hacia la Antártida.
Aquella presencia sostenida transformó a Punta Arenas en un nodo estratégico, generando una red de servicios que incluía combustible, alojamiento, transporte y provisiones para las tripulaciones e investigadores. Según estimaciones de autoridades locales, esta actividad representaba ingresos anuales cercanos a los seis millones de dólares para la economía regional.
Sin embargo, los recortes dispuestos por la administración del presidente Donald Trump afectaron el financiamiento del programa polar estadounidense, lo que derivó en la reestructuración de las operaciones de la NSF y en la salida definitiva de los buques de la ciudad chilena.
La consecuencia inmediata de este retiro es una redistribución de las operaciones antárticas internacionales. En este contexto, Ushuaia emerge como la alternativa más competitiva para ocupar el espacio logístico que deja Punta Arenas. Con un puerto en expansión, servicios consolidados y una distancia de navegación menor hacia la península antártica, la capital fueguina ya cumple un rol central como punto de partida para expediciones científicas y turísticas.
Esta coyuntura refuerza la necesidad de avanzar en proyectos como el Polo Logístico Antártico y la Base Naval Integrada de Ushuaia, iniciativas que buscan ampliar la capacidad argentina para sostener operaciones en la región y ofrecer servicios a otros países.
La previsibilidad regulatoria, la claridad tarifaria y la calidad de los servicios serán factores clave para atraer futuras operaciones. Si la Argentina logra consolidar a Ushuaia como la principal puerta de acceso a la Antártida, no solo obtendría un impulso económico significativo, sino que también fortalecería su posición dentro del Sistema del Tratado Antártico, reafirmando su presencia en una de las regiones más estratégicas del planeta
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